El Año Nuevo 2010 tiene un nombre propio: Lucía Cervantes
Bastida, el primer bebé alumbrado en Ceuta durante la
madrugada del día 1. Lucía nació a la 01.23 horas, pesa
3,470 kilos y es hija de Encarnación, una diplomada en
Enfermería que trabaja precisamente en el servicio de
Urgencias del Hospital Civil de Ceuta.
Lucía, que tiene el pelo largo y negro como el azabache, se
ha mostrado una niña competente desde el primer momento y
sólo tardó veinte minutos en salir del vientre de su madre
desde que esta entró en el paritorio sobre la una de la
mañana. Un parto natural y sin complicaciones.
Con todo, Encarnación, que ya tiene otros dos hijos varones
de seis y siete años, asegura que el matrimonio ha decidido
detener la descendencia después del nacimiento de Lucía.
“Preguntadle a cualquier mujer recién parida si piensa tener
más hijos y veréis como os dice que no”, bromea esta madre
de treinta y ocho años.
Encarnación rompió aguas al mediodía de anteayer 31 de
diciembre e ingresó en el Hospital Civil de Ceuta a las dos
de la tarde. Entre las nueve de la noche de anteayer y las
nueve de la mañana de Año Nuevo hubo nueve partos. En las
doce primeras horas del año nacieron siete niños, todos sin
complicaciones, aunque dos de estos partos fueron por
cesárea. El promedio diario de partos atendidos en el
hospital ceutí durante todo al año es de 4,5. Lo que quiere
decir que el Año Nuevo anuncia un ciclo ubérrimo para la
población ceutí. “No es una teoría contrastada
científicamente. Pero dicen que los cambios de la luna
favorecen el que se dé más a luz”, explicó a EL PUEBLO el
ginecólogo de guardia, Mustafa Daoud.
Pan bajo el brazo
Lucía ha nacido en un año diez y su madre asegura que se
trata de “una niña diez”. Se parece a su hermano Juan José,
de seis años, y es la primera de la progenie de esta
enfermera y este trabajador portuario que viene con un pan
debajo del brazo: los 2.500 euros por nacimiento que otorga
la Administración española como forma de ayuda a la
natalidad.
A la inesperada fama que le otorga ser la primera ceutí que
nace en 2009 se une, pues, este regalo para sus padres. Sin
embargo, también es cierto que Lucía nace en un periodo
difícil, marcado por la agudeza de la crisis económica. Aun
así, el matrimonio ha recibido el nacimiento de su tercer
hijos con buenas expectativas. “Yo soy optimista respecto al
futuro. Sé que mis hijos saldrán adelante, con más o menos
trabajo”, argumenta orgullosa Encarnación.
El parto fue asistido por el matrón Manuel Sánchez Guerrero
y la madre no tiene más que palabras de agradecimiento para
sus compañeros del hospital, “que se han portado
estupendamente conmigo desde que entré en Urgencias”. Otra
de las personas con las que Encarnación se encuentra
especialmente agradecida es su hermana, que la estuvo
acompañando infatigable durante todo el parto.
El año que se ha marchado también ha resultado muy
fructífero en Ceuta en lo que a natalidad se refiere.
Durante 2009 se asistieron en el Hospital Civil de Ceuta
1.515 partos, lo que supone un importante indicador del auge
demográfico de la ciudad, aunque también podría ser objeto
de otras interpretaciones. No hay que olvidar a Ceuta
también vienen muchas mujeres de Marruecos para ser
asistidas en el parto. Fue precisamente el caso del primer
neonato que vio la vida en 2009, Aiman, hijo de Fatima El
Ferchem.
En todo caso, parece que en lo que se lleva de año 2010 los
futuros ceutíes se han dado más prisa en nacer. Aiman no
llegó al mundo desde el vientre de una primípara de
diecinueve años hasta las ocho y media de la mañana. Como se
viene explicando, Lucía, en cambio, resultó menos perezosa y
fue alumbrada poco más de una hora después de que los
españoles no residentes en Canarias tomaran las uvas para
dar la bienvenida al año 2010.
La primera ceutí nacida en el nuevo año ha pesado 350 gramos
más que su antecesor en tan pomposo título. Sin embargo,
será la última que recibe el nuevo año en el hospital que
lleva cuarenta años atendiendo a la población ceutí.
El primer bebé que nazca en 2011 ya no vendrá al mundo en el
centro que se levanta en el remate del Paseo de la Marina
Española, sino en las nuevas instalaciones edificadas en
Loma Colmenar. Porque el nuevo año no regala a los ceutíes
sólo la sonrisa dormilona de Lucía, sino unos servicios
hospitalarios largamente demandados. Un hospital con tres
paritorios, un quirófano obstétrico, cuatro habitaciones de
dilatación y otras cuatro de recuperación. Se trata de una
dotación más que necesaria en una de las ciudades españolas
con mayor índice de natalidad; y que soporta una gran
presión asistencial y una fuerte demanda de atención en el
parto como consecuencia de su posición fronteriza con
Marruecos. Pero esta ya es otra historia y otra asignatura
pendiente de la era que en la que habrá de crecer Lucía.
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