La obra desarrollada en Fuente Caballo se da prácticamente
por finalizada por parte de su director, el ingeniero de
Medio Ambiente Vicente Carrión. El técnico explicó que ya se
han colocado de hecho incluso las farolas que iluminarán
tanto el nuevo sendero marítimo como la plaza del ‘Boquete
de la sardina’ y la mayor parte de las barandillas, de acero
y de los bancos, de hormigón. Por tanto y a falta de los
“remates”, como la limpieza de la arena de la nueva playa,
tan sólo resta la instalación del ascensor que hará
accesible esta zona de la ciudad a las personas con
problemas de movilidad.
Carrión especificó que la obra estaría de hecho finalizada
de no haber sido por los distintos problemas surgidos en
torno a la colocación del elevador, el último de ellos, por
una tubería de Acemsa que se sitúa justo en el lugar en el
que se colocará el aparato y que ha sido necesario “salvar”
con el recorte de una guía que lo proteja y facilite
posibles reparaciones.
Por otra parte, la dirección de obra coordinó también con la
Consejería de Sanidad la solución a algunos inconvenientes
surgidos en torno a la carga y descarga de pescado por parte
de los concesionarios del Mercado Central. Como forma de
solventar estos inconvenientes y tal como detalló el
ingeniero, fue necesario “retranquear” una escalera de modo
que quedara espacio para un pequeño vestíbulo para los
usuarios del ascensor.
La instalación de un aparato elevador se introdujo en el
proyecto a consecuencia de las medidas de protección
solicitadas en 2006 por la Comisión de Patrimonio para la
muralla. El ascensor urbano, que salvará los 8 metros de
altura que separan la calle, en la conocida como ‘Curva del
Plátano’, de la línea de costa, fue la alternativa propuesta
a la solución que se había ideado en un principio, y que
consistía en la construcción de una escalera que recorría,
en zig-zag el lienzo de muralla, del Recinto de la Almina.
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