Es el momento de “cerrar el sobre”
con todo lo que trajo 2009, un año que no se distinguió por
las grandes alegrías, ni a nivel personal, ni a nivel
colectivo.
La Historia será la que, en su día, ponga o quite lo que
hubo de positivo y lo que nos dejó de negativo.
Particularmente no me quedo con él como el mejor de los
años, aunque escarbando podamos llegar, en algún instante, a
encontrar algo positivo.
Este cierre de año, con más de cuatro millones de parados en
este país, desde esta perspectiva, tiene que ser considerado
como nefasto. La crisis galopante, que por el mes de
septiembre de 2008 se quería ocultar por parte de quienes
tendrían que haber intentado poner freno, de verdad, desde
el primer día, ha pasado como una apisonadora e incluso en
las fiestas que más se derrocha, desde iluminación, hasta
los manjares que en todo el año no se volverán a comprar, en
esta ocasión aparecen a la baja.
Son fiestas queridas, añoradas por todos, pero están siendo
menos fiestas. ¡Ojalá con el cierre del Año se cierre el
síndrome de la crisis!.
Mirando desde Ceuta, que es desde donde nosotros debemos
analizar lo que fue 2009, no encuentro una línea clara y
ascendente, desde la que podamos alabar lo que ha sido este
año que hoy termina, y si bien es cierto que aparecen
ciertos “retoños verdes”, menos de los que quisiéramos, un
resurgir y volver a los mejores tiempos no los hemos visto.
Hubo de todo “como en botica”, pero nada que fuera
brillante.
Deportivamente la AD Ceuta, primer equipo de la Ciudad, se
mantuvo en la misma atonía que había terminado 2008 y con
una marcha completamente plana, que no implica esperanza de
poder lograr lo que se viene deseando desde hace tiempo:
ascender.
Hoy por hoy, en este aspecto, Ceuta está a la altura de las
circunstancias, con su primer equipo que ha ido
“chapoteando” y con unos seguidores que, cada día, se dan
más cuenta que en vez de un gran equipo es un bluff que a
cada paso se desinfla un poco más.
Estos días de vacaciones pueden haber dado algo de fortaleza
y esperemos que llegue la racha positiva de verdad.
Y ya que estamos en deportes, el año se cierra con una
prueba de atletismo, la San Silvestre, una carrera clásica,
que comenzará al atardecer y tras ella, la siguiente salida
del sol será ya en 2010.
Intencionadamente, he querido terminar con algo agradable,
después del recorrido sombrío que hemos analizado y esto
positivo, para mí, personalmente, ha estado en mi propia
profesión, en mi cátedra, especialmente con un curso, el
último ya de Bachillerato, con el que he compartido muchas
horas, antes en primero y desde septiembre en segundo.
Este 2º D del IES “Siete Colinas”,en unos tiempos en los que
la Educación pasa por los perores momentos es la excepción,
por su aprovechamiento, su trabajo y su rendimiento.
A ellos, a los alumnos de este curso, precisamente, quiero
dedicar esta columna, la última del año, animándoles a
seguir siendo como son, buenos estudiantes y, sobre todo,
buenas personas. Desde aquí les quiero decir que no cambien
su ritmo, ese buen ritmo que les dignifica. Al hablar de un
curso así, uno, como profesional de la enseñanza, se siente
feliz por haber tenido la suerte de conocer a unos chavales
tan extraordinarios. Ceuta también tiene jóvenes que merecen
mucho la pena.
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