No va a pasar a la historia el año
2009 como un año aburrido y sin tener que comentar casos y
cosas para todos los gustos, tanto a nivel local, como
nacional o internacional.
A nivel internacional, pero con
"pacientes" españoles, ha sido el año de los secuestros, en
mar y en tierra, además de que fueron unos secuestros de
personas que, en nada, eran famosos, como los pescadores del
atún que con su barco estuvieron a merced de unos
desalmados, muy a tono con lo que viene sucediendo en el
Índico y que, al final, su rescate no sé si llegaremos a
saber cuanto costó, o cuanto hubo que pagar, porque por las
buenas no cedieron aquellos truhanes, a dejarlos en
libertad.
Por tierra, y también a nivel
internacional ahí está ese secuestro de tres personas, todos
ellos españoles, que iban en una de esas caravanas de
colaboración y ayuda, pero que parece que no estaba lo
suficientemente protegida. Del rescate, que llegará, ya
comienzan las especulaciones de quienes serán los
beneficiados.
A nivel nacional, y sin entrar en
las componendas políticas para sacar adelante unos
presupuestos en los que han sido parte decisiva grupos
insignificantes, apoyando al grupo del Gobierno, hubo otras
cosas que marcan nuevas rutas en varios terrenos, como por
ejemplo ese interés por hacer desaparecer de las aulas,
donde los hubiera, los crucifijos que siempre habían estado
y ningún problema habían dado. Un punto de inflexión sobre
una progresía torticera que busca otras sendas, sin más.
También a nivel nacional ha habido
ese debate en Cataluña, no podía ser en otra parte, sobre
"toros sí o toros no", y ya veremos los resultados finales
sobre la decisión que en sus organismos más representativos
se tomen, cara al futuro. La voluntad de un grupo numeroso,
pero no mayoritario, ni de lejos, puede romper uno de los
múltiples rasgos de la cultura española, precisamente en
Cataluña.
Y para que nada faltara, también
en Cataluña, en unos cuantos pueblecitos, que poco
representan a nivel nacional e incluso a nivel catalán, ese
simulacro de referéndum en torno a la segregación de España.
Algo incomprensible, que de ahí no debe pasar.
Por lo que se refiere a Ceuta, sin
duda, el bombazo más destacado fue el "cese – dimisión" de
Pedro Gordillo, tanto de la vicepresidencia de la Ciudad
como de la presidencia del PP. Así terminaba, políticamente
hablando, la persona que más poder tuvo en Ceuta, en los
últimos treinta años. La persona que más enemigos,
encubiertos, tenía en la Ciudad dentro de su grupo y fuera
de él, por el mucho poder que atesoraba y por su política de
nepotismo, si es que no de despotismo, a lo largo de los
últimos seis o siete años. Lo cierto es que, un escándalo,
sacado a la luz pública por una grabación traicionera,
terminó con su poder en una reunión muy tensa y con tan sólo
tres personas en un despacho. Lo demás y los demás, todos,
estaban de acuerdo, aparentemente, incluso los más cercanos
a él.
Y también en el ámbito local, sin
ir más lejos, una noticia, de verdad sorprendente, fue la
"recuperación" del barquito ya olvidado para traernos agua,
desde el otro lado del Estrecho, por los muchos meses que no
había llovido y por la utilización de la desaladora de una
forma incorrecta o ineficaz. Un gasto extra, y no de los más
cortos que, además, no entraba en los cálculos de los
presupuestos de este año. Es de suponer que la experiencia
adquirida ya haya contribuido a que errores así no se
vuelvan a dar. Ahora, además, llueve.
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