Hay que ver el tiempo que perdemos
a lo largo de nuestras vidas. Dejando a un lado el asunto de
dormir, porque no hay más remedio, perdemos una cantidad de
tiempo enorme en cosas intranscendentes, que ningún
beneficio nos aportan.
Si ese tiempo perdido lo compramos
con el realmente vivido, nos encontraremos con una vida
paralela, muy superior en tiempo perdido que en el vivido.
Pero así son las cosas de esta vida, y nada ni nadie las va
cambiar.
Esto de perder el tiempo, como
estamos en estas fiestas navideñas, me lleva a compararlo
con las cenas familiares de la navidad. Se habrán percatado
ustedes, cosa de lo más normal, la cantidad de tiempo que
nuestras madres o nuestras esposas, se pasan en la cocina
preparando esas cenas familiares. Echan, en su elaboración,
más horas que un reloj, cuidando hasta de los mas mínimos
detalles.
Y al final de esas cenas, todas
ellas, por distintos motivos, dicen la misma frase."Si llego
a saber esto, no me pego toda la mañana y parte de la tarde
en la cocina". Y la verdad, la mencionada frase tiene su
explicación, por diversas razones
Primero por todos aquellos, que
han estado celebrando con los amigos las fiestas navideñas,
que cuando llega la hora de cenar, comen menos que un
pajarito, aunque en la mesa haya gloria pura.
Por aquellos otros, que son
personas difíciles para comer. Pican par de cosas y sueltan
de inmediato, "lo que yo me comería, en estos momentos, es
un par de huevos fritos con patatas". Por supuestos, sus
platos no hacen falta ni lavarlos.
Pero lo mejor de todo no son los
dos anteriores supuestos, no señor. Lo mejor, que merece una
especial consideración, es la enorme cantidad de comida que
se hacen para esa celebración de la cena de navidad.
Se hace tal cantidad de comida que
no hay un dios que sea capaz de engullirla, en esa noche,
por my buen "saque" que tengan algunos de los comensales. Y
después pasa lo que pasa, que sobra comida por un "tubo".
Ante esto, sólo cabe preguntar, por qué se hace tanta
cantidad de comida. A decir verdad, no lo entiendo.
Por eso cuando llega la hora de
recoger la mesa, sobran platos enteros de algunas viandas
colocadas en la misma, Por supuesto, toda ellas, no se van a
tirar, No sólo por el dinero invertido, que en ese caso
sería lo de menos, si no porque sería, sencillamente, un
crimen, llevar a la basura platos combinados que nadie tocó.
Al recoger esos platos, los que
sean de la misma especie, se vuelcan en uno sólo, para tener
sitio en la nevera a la hora de guardarlos.
Y una vez recogidos, colocados y
guardados, se da usted cuenta de que tiene comida, en la
nevera, para cuatro o cinco días lo que, sin lugar a duda
alguna, supone que durante esos días, las mas de casa
dejaran de cocinar y tendrán el asunto de la "manduca"
solucionado.
Hasta aquí todo bien, por resulta,
que cuando la familia lleva comiendo cuatro días lo mismo
empiezan las protestas diciendo ¡¡otra vez igual, llevamos
cuatro días comiendo lo mismos, A ver si mañana cambiamos!!.
¿O no?
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