Antes de finalizar el 2009, el director del IMSERSO,
Fernando Jimeno, se muestra satisfecho con la labor
desempeñada por el organismo tanto en materia de dependencia
como en otras líneas de actuación tales como la atención
temprana, el Centro de Mayores o la formación de personas
con discapacidad ya que es un problema que atañe a un 10% de
los ceutíes. Según Jimeno, el cometido de la Ley de
Dependencia no sólo se refiere a la preocupación por el
colectivo y la figura del cuidador sino que contribuye a
engordar la Tesorería de la Seguridad Social, algo "muy
positivo sobretodo en épocas como la actual donde la crisis
afecta a todos los sectores ", aseguraba el responsable del
IMSERSO.
Pregunta.- ¿Qué valoración le
merece la Ley de Dependencia durante el 2009 con la entrada
en vigor del segundo grado?
Respuesta.- Ha sido un año de
consolidación, no sólo por el número de personas sino por el
volumen de valoraciones que se están llevando a cabo y que
permiten decir que, a día de hoy, no más de 30 están en fase
de valoración. Esto quiere decir que hay en torno a 1.400
personas que ya están valoradas y en próximas fechas, habrá
más que tengan derecho al servicio o prestación
correspondiente. Como segunda valoración, yo insistiría en
que hay un volumen económico muy importante, no sólo por los
servicios y prestaciones que se conceden sino la protección
a cuidadores, ya que hay en torno a 1.400 cuidadores de
personas en situación de dependencia que están dados de alta
en el régimen de la Seguridad Social por medio del convenio
especial. Esto supone un enriquecimiento para todo el
sistema, sobre todo, en épocas como la actual, que se
produzca ese elevado número de afiliaciones y cotizaciones.
Hay que pensar que la cotización de traduce en más de 160
euros que aporta por persona el IMSERSO a la Tesorería de la
Seguridad Social.
P.- ¿Qué objetivos se plantea
el IMSERSO para el año venidero en lo referido a dicha ley?
R.- Hasta 2011, y según dicta el
documento, no tenemos ningún colectivo que incorporar, pero
en este año de margen, mantendremos esta línea de actuación
de espera mínima. Yo creo que con satisfacción se puede
decir que aquí ningún expediente supera la fase de
valoración de tres meses, con una media que situaremos en
torno a los dos meses y es importante satisfacer
temporalmente la valoración porque hay que atender
peticiones y la demanda de cada persona dependiendo de su
grado. Que luego sea positiva, o menos positiva, va en
función de la situación de cada uno; lógicamente, mejor
estar severo dependiente que más dependiente pero, en
principio, esa meta de los dos meses es un dato real y
factible que está encima de la mesa. En cuanto a otros
aspectos, sí queremos insistir este año en trabajar
conjuntamente con Cruz Roja y hacer un programa formativo
dirigido a cuidadores. Creo que es un campo que se abre, que
estamos en inicio, y de hecho, ya se han hecho tres o cuatro
cursos; pero, ya que tenemos la planificación del próximo
año, Cruz Roja va a desarrollar acción formativa más
intensa, sobre todo, para aquellas personas que realmente
quieren formarse. Hay cuidadores que por sus circunstancias
personales o el motivo que sea, no quieren pero hay un
sector importante que sí lo demanda y como es un derecho,
vamos a intensificar nuestra tarea en ese campo.
P.- Pese a la crisis económica
actual, ¿se están intensificando las Políticas Sociales,
tanto a nivel social como nacional, para atender a los
colectivos más vulnerables?
R.- Creo que el Estado del
Bienestar está adquiriendo, día a día, no sólo una mejora
continuada en el tiempo de las Políticas Sociales sino
avances que se producen y consolidación que se detecta.
Cualquier avance que implique un cambio social no tiene
marcha atrás; se consolida para el futuro. Las Políticas
Sociales de la Administración Pública, y en particular las
del Estado, siguen esa tendencia; metas que se van
consiguiendo y objetivos que se están produciendo. Si nos
fijamos en la década de los años 90, se implanta la Ley de
Pensiones no contributivas que, de alguna forma, cerraba el
sistema protector de aquellas personas que no habían
cotizado o no lo habían hecho de manera suficiente. Cuando
se producen aspectos que son limítrofes con lo social o
sanitario, se van consolidando, constituyéndose ambos como
pilares del Estado del Bienestar, completándose con la
puesta en marcha, en 2006, de la Ley de Promoción de la
Autonomía Personal y Atención a Personas en Situación de
Dependencia. Sí es interesante insistir en que, lógicamente,
la puesta en marcha de esta norma supone un desembolso
importante económico y los presupuestos públicos están para
atenderlo; quizás ahí sea donde se intensifique en el
futuro, mirando la cobertura de la protección, la tendencia
incentivada y el sistema de compatibilización de las
diferentes prestaciones.
P.- Este último aspecto ha sido
el más reivindicado desde el movimiento asociacionista,
¿cómo se podría intermediar para hacer más flexible el
sistema de compatibilidad?
R.- Cuando pase el tiempo y se
analice la trayectoria de la Ley, los recursos disponibles y
el número de personas que atiende, eso será una realidad,
agilizando los servicios entre sí y combinando la prestación
con un servicio, de manera que sea mucho más protectora la
actuación, sobretodo, enfocado a la figura del cuidador, que
es lo que se pretende con la norma.
P.- Muchas personas opinan que
convertirse en cuidador de una persona dependiente es dejar
de lado una vida individual, ¿cómo se podría cambiar esa
perspectiva?
R.- Es difícil porque implica un
aspecto subjetivo y en ello no se puede entrar. Lo que
pueden hacer las políticas públicas es mejorar esa situación
pero el problema interno de cada persona sobrepasa cualquier
implicación o normativa. Lo que hace la norma es proteger y
promover la autonomía, tanto de la persona en situación de
dependencia como del cuidador, que debe asumir una situación
propia y que supera cualquier tipo de ámbito objetivo.
P.- Se hablaba hace cuestión de
semanas de la construcción de nuevos centros que atenderán a
este colectivo dependiente, ¿responde a un cambio en la
demanda de los afectados?
R.- La creación de centros es una
demanda planteada hace varios años y lo que ha hecho la Ley
de Dependencia, en definitiva, ha sido refrescar esa
petición. Mi deseo para 2010 es que en marzo salga el
concurso licitando tanto la redacción de proyectos como la
construcción ya que van a ser centros destinados, de una
manera prioritaria, a personas en situación de dependencia,
por no decir casi exclusivos, lo que quiere decir que en la
racionalización de los recursos sociales hay que facilitar a
cada persona una situación adecuada a sus problemas. Y no
cabe duda que estos centros de día deben estar enfocados a
personas con dependencia, severos o grandes dependientes.
Los que estén en escalas inferiores deberán adecuarse al
servicio propio del hogar, como la ayuda a domicilio o la
teleasistencia.
P.- ¿Qué va a suponer la
creación de los mismos?
R.- Un enriquecimiento de los
recursos sociales en nuestra ciudad porque van a implantarse
centros con diseño moderno y enfocados a que la persona se
encuentre en una situación de dignidad pero también más
próximos a una estancia en un domicilio particular para no
olvidar.
P.- ¿Qué otras líneas de
actuación se llevan a cabo desde el IMSERSO para contribuir
en las políticas sociales?
R.- Por repasar, por ejemplo, la
gestión de las pensiones no contributivas que, al día de
hoy, son en torno a 1.850 personas las que reciben este tipo
de prestaciones, convirtiéndose en un núcleo importante de
población, sobretodo porque si lo contrastamos sobre las
cifras nacionales, aquí hay una número muy elevado. Esto
quiere decir que hay un alto porcentaje de la población que
ha accedido o no, o con insuficiencia, al mercado laboral y
no han cotizado en su momento. Esta tarea es muy importante
teniendo en cuenta que es un cómputo anual que supera los 8
millones de euros lo que se paga en pensiones no
contributivas. Además, desde aquí se llevan a cabo las
convocatorias nacionales de termalismo social, que tienen
una amplia difusión en la sociedad y participamos en
condiciones de igualdad.
P.- ¿Qué número de ceutíes
participan en la convocatoria de termalismo?
R.- Hay dos plazos anualmente y
está enfocado a las personas mayores que necesitan obtener
baños termales por prescripción facultativa. Hay un baremo,
se aplica, y aquí hay un número importante de personas que
obtiene plaza en balnearios de Chiclana y Granada, con unas
peticiones que rondan las 200, sin saber la cifra concreta
de las que participan. Incluye la estancia en el balneario,
con alojamiento y comida. Además, desde el centro base
hacemos tres actuaciones concretas que son: valoración de
las personas en situación de discapacidad, con número
elevado de personas, en torno al 10 ó el 11% de la población
ceutí de encuentra en situación de discapacidad, cifra
paralela a la existente a nivel nacional. Otro de los
aspectos que trabajamos es la atención temprana, enfocada a
niños menores de tres años para prevenir la situación de
discapacidad que puedan tener en el futuro; está demostrado
que, en esas edades, se pueden corregir muchas situaciones o
paliar. Por ello, reciben atención psicológica, logopedia,
psicomotricidad y fisioterapia.
P.- Desde el punto de vista
formativo y teniendo en cuenta los colectivos que tratan,
¿qué acciones emprenden?
R.- Desarrollamos programas no
sólo encaminados a la enseñanza, sino con miras a la
inserción laboral de las personas con discapacidad. Cada vez
tienen mayor aceptación y es la pauta que marca esa
integración. Se suelen hacer 10 cursos al año con 10 alumnos
así que llegamos a unos 100 ceutíes. Además, están
subvencionados con el Fondo Social Europeo lo que implica la
presencia de Europa en el IMSERSO y la ciudad autónoma.
P.- En cuanto al Centro Social
de Mayores, ¿cómo evalúa su trayectoria?
R.- Es una de nuestras principales
actuaciones ya que es importante insistir en las políticas
de envejecimiento activo porque no sólo se trata de atender
a las personas que por norma nos obligan a proteger sino
también a facilitar a las personas lo que serían programas
de ocio y tiempo libre. Es el centro con mayor número de
asociados de toda la ciudad, con más de 1.000 socios aun que
no vana diario. Pero participan activamente unas 400
personas cada día y hay un ambiente muy entrañable, de
amistad, relación, con ganas de hacer cosas.
P.- Uno de los mayores
éxitos...
R.- El programa de Prevención de
la Dependencia, desarrollado con Las Caixa, y en el que han
participado más de cien usuarios con talleres y cursos.
Otras actuaciones importantes son las ayudas a domicilio, en
colaboración con Asuntos Sociales o Cruz Blanca. La verdad
es que nuestra presencia en Ceuta es amplia y se deja un
buen presupuesto desde el IMSERSO, rondando los 25 y 30
millones de euros anuales, sin contar gastos de personal.
P.- A nivel personal, ¿qué
metas se plantea?, ¿le siguen surgiendo dudas o temores?
R.- Soy un empleado público y la
verdad es que puedo decir que mi estancia en el IMSERSO me
ha servido para enriquecerme y mejorar muchos aspectos de mi
vida profesional y personal. Hemos vivido momentos muy
intenso, de dureza y auténticos problemas pero siempre te
queda lo positivo. Guardo buenos recuerdos de la época
migratoria porque se hacían muchas cosas que mejoraban la
calidad de vida de estas personas cuando estaban en Ceuta. Y
el CETI ocupa un lugar importante a nivel personal, sobre
todo, porque se hicieron programas que tuvieron
trascendencia y sirvieron de referente a programas europeos.
El CETI no es sólo lo que está construido sino lo que fluye
en su ambiente de tipo social. Ahora tengo una nueva visión,
un nuevo reto, que es la Ley de Dependencia, que creo que
irá adquiriendo mayor protagonismo.
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