El éxodo en los puestos de mando del barco turco ‘Rhone’
continúa. El primer oficial del buque abandonado a su suerte
en aguas de Ceuta, Hussein Arslam, ha seguido los pasos del
capitán y regresó ayer a Estambul por sus propios medios. La
Internacional de Transportes busca donaciones públicas y
privadas para repatriar al resto de tripulantes.
El primer oficial del Rhone, Hussein Arslam, ha seguido los
pasos del capitán del barco turco y ha regresado a casa por
sus propios medios alegando razones familiares. Arslam llegó
a Algecrias al mediodía de ayer para continuar después el
trayecto hasta Estambul por vía aérea desde el aeropuerto de
Málaga, haciendo escala en Roma.
El resto de la tripulación, compuesta por nueve marineros,
se encuentra “desesperado” y la Federación Internacional del
Trabajo (ITF) dice estar cansada de no recibir “más que
promesas” de la Administración turca, por lo que se está
intentando repatriarlo por otros medios, según explicó a EL
PUEBLO su coordinador en España, José Manuel Ortega.
El portavoz de la ITF prosiguió exponiendo que aunque el
Gobierno turco “esta obligado” por la legislación
internacional a asumir el coste y la tarea de la
repatriación, se están buscando fondos por otras vías porque
“lo primero que hay que solucionar es el problema
humanitario”. Ortega añadió que la tripulación que queda en
le barco quimiquero, fondeado en aguas ceutíes desde hace
más de tres meses, “no puede esperar un mes más para
regresar a casa y debe ser repatriada en un tiempo
prudencial”.
Otra deuda del armador
De esta manera, la Internacional de Transportes va a
dirigirse a las ONG y a la Administración autonómica y del
Estado en España para que colaboren aportando fondos con el
objetivo de costear la repatriación de la tripulación que
queda en el Rhone, que se añadirían a los recursos que
piensa disponer la propia ITF para este menester.
Entre las entidades y personas que ya han mostrado su
predisposición a colaborar se encuentra la Cruz Blanca,
algunos compañeros de los marineros en Turquía y el
sindicato del país otomano.
En todo caso, José Manuel Ortega aclaró a este periódico que
lo más positivo sería que los fondos para costear la
repatriación de estos nueve marineros procedieran del mayor
número de fuentes. No sería una donación a fondo perdido. La
intención de la ITF es reclamar también el importe de todas
estas aportaciones al armador de registro del barco, el
banco turco Yupi Kredit Financial.
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