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Aunque haya quien, en el Gobierno
central, vea “brotes verdes” en la evolución de los datos
macroeconómicos la Ciudad Autónoma dio ayer un paso
fundamental para hacer frente al próximo ejercicio, en el
que se espera que las consecuencias de la depresión que ha
atravesado tanto España como el resto de la comunidad
internacional se dejen sentir “de forma particularmente
insidiosa” en Ceuta, según dijo ayer literalmente el
consejero de Hacienda, Francisco Márquez. Para capear el
temporal la Ciudad espera disponer de 306 millones de euros
en términos consolidados cuyo uso se inspirará en cuatro
principios rectores básicos: contener el gasto no
productivo; mantener el pulso inversor; aumentar la calidad
de los servicios y la atención social a los más necesitados;
y buscar recursos por todos los medios al alcance de la
Administración local para no dejar que la caída que se
producirá en los ingresos corrientes propios y las
transferencias del Estado dañen lo menos posible a los
ciudadanos y a los servicios que reciben de la institución
autonómica. La oposición no tuvo ayer su mejor día a la hora
de hacer frente a los argumentos del Ejecutivo local. El
único diputado ajeno a las filas que votó a favor del
documento fue el de IU, Mohamed Haddu Musa, que al mismo
tiempo lamentó que el documento sea “continuista” y
agradeció la asunción de sus propuestas, una de ellas
especialmente significativa, la de propiciar una reducción
del paro juvenil formando a 1.200 ceutíes, iniciativa cuya
efectividad deberá juzgar el paso del tiempo. UDCE y PSOE
optaron por votar en contra, denunciando que el Presupuesto
no se ejecutará tal y como está elaborado, criticando que la
Ciudad siga recurriendo al endeudamiento y cuestionando que
tenga claros sus objetivos y su modelo económico. No era eso
lo que se estaba debatiendo ayer, o al menos no exactamente.
Ambos grupos, más los socialistas, dejaron pasar la ocasión
de formular qué partidas eliminarían, cómo financiarían lo
que pagan los créditos o dónde pondrían, por partidas, sus
prioridades en una coyuntura tan complicada.
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OPINIÓN / EDITORIAL
