Mira que me prometí ser bueno en
estas fiestas navideñas. Pues no ha habido forma de
conseguirlo, motivado por los acontecimientos que han ido
surgiendo y que me han llevado a tener que escribir sobre
los mismos dando mí opinión sobre ellos.
Una opinión que equivocada o no, es la mía que se puede
ajustar a la realidad de lo que escribo sobre el asunto a
tratar. Igual no se ajusta a esa realidad y estoy equivocado
al emitir esa opinión. Pero de lo que si tengo la seguridad
es que, al menos, doy la opinión que creo más conveniente,
sin creerme que estoy en posesión de la verdad absoluta,
pero es mí verdad sobre esos asuntos y con ella me conformo.
El pasado sábado, en el programa “La Noria”, se debate sobre
la “crispación”. El asunto, sobre el tema, empieza por la
posible suspensión `de las corridas de toros en Cataluña.
Cosa que desde mi particular punto de vista, no tenía nada
que ver con el tema a tratar. Y se continúa con el asunto de
los preservativos enviados a África y con unas palabras que
nunca dijo el Papa.
O sea para enterarnos, bien enterados, que el debate que se
había anunciado brillaba por su ausencia, dando paso a otros
que nada tenían que ve con el asunto.
Y eso no fue lo mejor. Lo superior de toda la noche, en este
inicio de debate, alejado de lo que se iba a debatir, el
moderador del programa, Jordi González, dio una lección de
lo que no debía ser un moderador, interviniendo
constantemente, cortando a los tertulianos y mostrando su
opinión, en el asunto de los toros y sobre todo a la hora de
hablar de los preservativos y la manicura de las manos de
los africanos.
Si señor, hay que reconocerlo, como moderador es usted uno
de los más grandes que ha dado el mundo mundial, en el
supuesto caso, que supiese lo que es moderar un debate.
Manda…la cosa
Los tertulianos eran los de siempre. Por lo visto, en este
hermoso país no existen personas más preparadas, para
intervenir en esos debates que los seis que se sientan en
esa mesa, cada sábado.
El muy creíble ex secretario general de AP, que antes era de
extrema derecha y ahora es de extrema izquierda. Como para
no tener una gran credibilidad este personaje, que ayer dijo
sí y hoy dice no a lo que dijo sí.
Aunque el que se lleva la palma, en todas las tertulias en
las que participa es el So Pena. El hombre se cree cátedra
cuando habla, cierra los ojos y se escucha el mismo,
transportándose en el tiempo cual sabio perteneciente al
oráculo de Delfos
El hombre, sabio entre los sabios, a falta de razonamiento
contundentes, usa el insulto como modo de ataque a todo lo
que se diga que no comparta sus ideas. Unas ideas
trasnochadas y caducas en los tiempos que corren, pues se le
paró el reloj hace más de cien años.
Y no debería haber habido debate sobe la crispación. El
debate estaba hecho con sólo escuchar a este personaje, que
defendiendo la libertad de expresión, critico a otra cadena,
por pensar de diferente forma a la suya. Personajillos como
este, son los que llevan la crispación a los españoles.
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