Los accidentes de tráfico se han convertido en unos de los
problemas de salud pública más graves, constituyendo una las
principales causas de la mortalidad en todo el mundo. Casi
en todos los países desarrollados suponen la primera causa
de muerte entre los jóvenes. Aunque en los últimos años han
disminuidos en número, nos encontramos todavía en cotas
altas de siniestralidad. Las estadísticas nos señalan que
los principales grupos de riesgo lo constituyen los “niños y
jóvenes”, constituyendo el mayor porcentaje cuando circulan
como peatones.
Los motivos no debemos atribuírselos exclusivamente a
factores de carácter físico, técnicos, o meteorológicos,
estado de las vías, o a las velocidades inadecuadas, sino
principalmente al “factor humano” ,a su comportamiento y
errores, que son causantes de un elevado porcentaje de
siniestros.
Según fuentes de la DGT en el año 2008 se produjeron 560
muertos menos que en el año anterior representando ello un
descenso del 20,4%. De igual manera ha ido sucediendo en
años anteriores, variando algo los porcentajes. (Fuente DGT)
Ante la magnitud del problema, es necesario afrontarlo
determinando qué factores principales se encuentran
implicados en los accidentes y de que forma afectan a la
seguridad de la vía.
Las naciones se preocupan por sacar adelante medidas
preventivas y de investigación, con el objetivo de detectar
las causas de los accidentes, disminuirlos y por
consiguiente el coste humano y económico que originan.
Las actuaciones se orientan en la creación y puesta en
marcha de CAMPAÑAS Y PROGRAMAS DE EDUCACIÓN VIAL, para
incidir en las conductas y comportamientos viales de los
grupos de riesgo. Por ello, el medio educativo es muy
adecuado para sensibilizar a la población de su
responsabilidad y de la trascendencia de sus conductas,
haciéndose por tanto necesaria esa tarea pendiente que es la
EDUCACIÓN VIAL, entendiéndose esta como aquella actuación
educativa dirigida al desarrollo de conocimientos, hábitos y
actitudes para mejorar el comportamiento de la persona como
conductor, peatón o viajero, en definitiva como usuario del
entorno y con el objetivo de reducir la tasa de
accidentalidad.
La Educación Vial será un proceso continuo que COMPRENDERÁ
TODAS LAS EDADES, variando sus objetivos en función de las
características de cada edad y los diversos contextos
ambientales. Los “hábitos positivos y conductas adecuadas”
se conseguirán de manera más fácil en los primeros años de
vida, ya que a edades más avanzadas el contexto social de la
persona dificulta el cambio de los comportamientos viales.
Por lo tanto, debemos de lograr que la Educación Vial en
nuestra sociedad sea una TAREA DE TODOS en la que se deberán
de implicar la propia la escuela, familia, el Estado, los
medios de comunicación, instituciones…, así como utilizarla
en las situaciones del día a día tanto como peatón,
conductor o viajero.
No obstante debemos delimitar el concepto de la Educación
Vial empezando con lo que significa el término Educación. Si
no se educa adecuadamente la enseñanza será muy escasa. Se
podrán realizar y dirigir todo tipo de campañas a través de
los medios de comunicación, radio, televisión, pero se
quedarán en “transmisión de información”. No se conseguirán
un CAMBIO DE CONDUCTAS y por lo tanto TAMPOCO UNA AUTENTICA
EDUCACION. Un ejemplo clarificante de esta situación son los
“alumnos de autoescuela” que se les enseña todo lo que deben
de conocer en la conducción y luego posteriormente cuando
obtienen el carnet o licencia circulan de manera incorrecta,
tomando hábitos negativos e incumpliendo las normas de
tráfico, es decir se comportan de forma contraria a lo
enseñado.
Por lo tanto, la educación comportará un aprendizaje.
Obtener un COMPORTAMIENTO CORRECTO es lo que realmente se
pretende, y llegado este se logrará un efectivo aprendizaje,
trasladando a la persona HÁBITOS POSITIVOS, no de imitación
o simulados, que deberán hacerse habituales, espontáneos y
seguros, lográndose de esta manera el propósito final de la
educación.
Junto a este aprendizaje se encuentra de igual forma la
adquisición de VALORES VIALES, debiéndose de cuidar sobre
todo en los jóvenes las “malas conductas” nada educativas.
De ahí que debamos de apreciar y tener presentes los valores
que se ADQUIEREN A TRAVÉS DE LA EDUCACIÓN VIAL, los cuales
marcaran el camino a seguir de una “conciencia vial” cuyos
objetivos serán minimizar riesgos y por consiguiente la
reducción y evitación de accidentes de tráfico dependientes
fundamentalmente del factor humano.
No obstante, los valores de la Educación Vial llegarán al
ámbito de lo “MORAL” incidiendo en este “ÁMBITO”, afectando
de manera positiva a la convivencia ciudadana y en el
respeto mutuo a los demás, como una parte de la EDUCACIÓN
SOCIAL que prepara a la persona para un adecuado
comportamiento vial, insertándola en el medio social, físico
y cultural, ampliando sus conocimientos, habilidades,
seguridad, solidaridad etc, lográndose mediante una
enseñanza contando con las preferencias del que aprende,
INTENCIONADA Y MOTIVADA, forjando de esta forma
PERSONALIDADES ÍNTEGRAS que usanso todos los valores, podrán
afrontar en condiciones apropiadas los problemas sociales y
del tráfico rodado.
En definitiva, mediante la Educación Vial se intenta EVITAR
principalmente los ACCIDENTES DE TRÁFICO y el CUMPLIMIENTO
RIGUROSO DE LAS NORMAS, incidiéndose no solo en estos
aspectos sino también en el ámbito de una verdadera
EDUCACIÓN MORAL Y SOCIAL, para configurar personalidades
maduras y mejorar de esta manera la calidad de vida general
de los ciudadanos.
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