La migración internacional es un tema que ocupa un espacio
considerable y creciente en la esfera social pública de la
mayoría de los países.
La economía global depende cada vez más de los trabajadores
migrantes, aportando conocimientos y capacidades de trabajo
a las comunidades en las que se instalan, estimulando el
progreso cultural. El trabajo que desarrollan, siendo a
veces cualificado y otras no tanto, es esencial para el
éxito de importantes sectores de la economía de los países
desarrollados y en desarrollo.
Sin embargo, la migración también suscita numerosos
problemas y preocupaciones en diferentes sectores. Por ello,
para que las políticas de migración sean sostenibles y
acertadas y se aprovechen plenamente los beneficios de la
migración hay que hacer desaparecer los mitos y estereotipos
xenófobos y hacer frente a los verdaderos problemas. También
sería necesario redoblar esfuerzos para garantizar el
respeto de los derechos humanos de los trabajadores y
trabajadoras migrantes y sus familias.
El 4 de diciembre de hace 9 años, la Asamblea General,
tomando nota de la decisión 2000/288 del Consejo Económico y
Social, de 28 de julio de 2000, teniendo en cuenta la
existencia de un importante número de migrantes en el mundo,
y sobre todo, que ese número continúa incrementándose,
además de que la Declaración Universal de Derechos Humanos
proclama que todos los seres humanos nacen libres e iguales
en dignidad y derechos, y que toda persona tiene los
derechos y libertades proclamados en ella, sin distinción de
ningún tipo, en particular de raza, color u origen nacional,
decide proclamar el 18 de diciembre Día Internacional del
Migrante.
Alentada por el creciente interés de la comunidad
internacional en proteger efectiva y plenamente los derechos
humanos de todos los migrantes, y destacando la necesidad de
seguir tratando de asegurar el respeto de los derechos
humanos y las libertades fundamentales de todos los
migrantes, invita a los Estados Miembros, así como a las
organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, a
que, para conmemorar el Día Internacional del Migrante,
entre otras cosas, difundan información sobre los derechos
humanos y las libertades fundamentales de todos los
migrantes.
Actualmente, se calcula que existen más de 150 millones de
migrantes en todo el mundo. Esta categoría engobla a
trabajadores y trabajadoras migrantes, población refugiada,
demandantes de asilo e inmigrantes permanentes
Hasta los años 80, España fue un país principalmente emisor
de migrantes. Hoy en día, ocupa uno de los primeros puestos
en términos de recepción de inmigración.
Asesoramiento
En Ceuta, son muchas las asociaciones que defienden y se
encargan de cubrir las necesidades básicas y asesorar a los
migrantes que llegan a la ciudad en busca de trabajos
temporales que le servirán para sobrevivir de manera
momentánea durante el tiempo que les permanezcan. ‘Accem’ es
una de ellas. Una Ong que propociona atención y acogida a
refugiados e inmigrantes en España, promoviendo la inserción
y la igualdad de derechos y deberes de todas las personas
sea cual sea su origen, sexo, raza, religión o grupo social.
Trabajan mediante programas y proyectos que responden a la
necesidad de proporcionar atención, acogida, formación e
inserción sociolaboral a refugiados e inmigrantes con
especial atención hacia los más vulnerables como son los
menores no acompañados, las mujeres y minorías étnicas.
Desde febrero de 1991, Accem está registrada como Asociación
sin ánimo de lucro en el Ministerio de Interior, pero su
trayectoria y experiencia se remonta hasta 1951, cuando se
comenzó a trabajar atendiendo a los españoles que emigraban
a otros países como Alemania, Francia o Bélgica.
‘Educando en Igualdad entre Hombres y Mujeres’, ‘Formación
Integral para la Mujer a través del Teatro’ y ‘Mujer
Inmigrante: Técnicas y Habilidades para Fomentar la
Integración Social’, son algunos de los programas que
‘Accem’ ha desarrollado en Ceuta.
Otra de las asociaciones que ofrecen su servicio en Ceuta es
‘Digmun’, donde se trabaja para promover actividades y
proyectos que ayuden a superar situaciones de discriminación
o desigualdad que sufren determinados sectores de la
sociedad con el objeto de proporcionarles mayor bienestar;
impulsar el intercambio cultural e intelectual entre mujeres
y niños y niñas de distintos orígenes étnicos, religiosos,
etc; desarrollar iniciativas de apoyo o ayuda humanitaria de
salud, alimenticia y sensibilizar al entorno social para
obtener así la colaboración necesaria para ir venciendo
estas situaciones.
Proyectos
La vicepresidenta de ‘Digmun’, Paloma Manzano, declaró que
al ser una asociación pequeña, a veces, con la imaginación,
han conseguido hacer aún más cosas que con el dinero, “Desde
los inicios llevamos a cabo dos proyectos importantes que
son ‘Alfabetización’ y ‘Español para Mujeres Extranjeras’. A
nuestra asociación se acercan mujeres muy diferentes, pero
con un mismo denominador común, viven situaciones precarias
tanto a nivel económico como social. No debemos olvidar que
Ceuta es una ciudad fronteriza con un país empobrecido”.
En ‘Digmun’ se encargan de asesorar y ayudar, en la medida
de lo posible a todas aquellas mujeres que llegan a su
asociación en busca de medios para solucionar problemas
sanitarios, económicos, laborales, incluso para legalizar su
situación el España por diversos motivos. Es por ello que
Manzano asegura que, “En España tenemos un concepto erróneo
sobre lo que es la inmigración. No tenemos conciencia de los
transfronterizos. En Ceuta ese fenómeno migratorio ocurre a
diario. Muchísimas mujeres se trasladan cada día a nuestra
ciudad para intentar trabajar y vuelven a dormir en su país
porque no se les permite quedarse. La cuestión es que con un
pasaporte ya tienen la opción de entrar”.
Juanjo Blanch, abogado y coordinador de ‘Cruz Roja’ en el
CETI, comenta lo duro que es, para los usuarios del centro,
permanecer en Ceuta durante meses a sabiendas de que les
espera un futuro incierto allá a donde vayan, “Ellos llegan
de forma irregular a nuestro país y se les aplica la Ley de
extranjería, aunque su expulsión no es tan fácil. En el caso
de no ser deportados en el momento, permanecen en el CETI. A
pesar de lo que pueda pensar la gente, las personas que
llegan en estas condiciones vienen buscando una vida mejor
que la que tenían en su país. La mayoría reconoce que en su
tierra la vida no vale nada, por lo que cualquier cosa que
encuentren siempre será mejor que lo que antes tenían”.
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