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OPINIÓN - JUEVES, 17 DE DICIEMBRE DE 2009

 

OPINIÓN / EL OASIS

José Antonio Carracao
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Ha anunciado a voz en cuello que su partido está dispuesto a recibir con entusiasmo en su seno a toda la progresía local. Con el fin de montar un entramado político que pueda ir debilitando a esa fuerza retrógrada que, según él, gobierna la ciudad.

José Antonio Carracao está convencido de que es el momento oportuno de poner cerco al Partido Popular, quizá basándose en que el Gobierno de la Ciudad pasa por sus peores momentos. Pues él cree que el ‘caso Gordillo’ ha dejado tocado de un ala a Juan Vivas.

El secretario general de los socialistas de Ceuta piensa (aunque ni en el partido ni en el gobierno nadie le discuta el liderazgo a Juan Vivas, quizá porque éste carezca de enemigos o bien porque ellos se hayan labrado su propia infortunio) que la situación es la más idónea para combatir sin tregua todas las decisiones que adopte un gobierno de cuyos miembros él tiene la peor de las opiniones.

Carracao es de los que dicen, cuando se le tira de la lengua, que el presidente de la Ciudad está desamparado. Que lo que tiene alrededor es una corte de escuderos inválidos. Y, por tanto, incapaces, cuando la ocasión lo requiera, de hacerle los quites oportunos.

En suma, que el maestro Vivas acapara aplausos, trofeos, parabienes, reconocimientos, afectos por doquier, distinciones...; pero que cuando le salga un sobrero con malas ideas y se plante en el centro del ruedo, a ver quién de sus subalternos será capaz de ir al encuentro de la fiera para templarle la embestida y llevarlo por los terrenos de la conveniencia.

Hasta ahí los pensamientos de Carracao son dignos de estudios. Porque es verdad que el gobierno es Juan Vivas. Y la persona que tiene conquistada a la masa de votantes es él. Y, por si fuera poco, ahora es además el mandamás del partido y el que cuenta con más prestigio en la calle Génova. Y también se ha ganado el respeto de Javier Arenas. Que no es moco de pavo. Porque no ha mucho, el sevillano parecía poco dado a regarle el menor ditirambo al presidente ceutí.

Mas también es conveniente prestarle mucha atención a la parte negativa con la que cuenta el secretario general de los socialistas ceutíes. Esa que nos ha hecho recapacitar acerca de las deficiencias de los miembros del gobierno. Y, desde luego, nos ha permitido preguntarnos si en un trance difícil, todo gobierno lo pasa y lo debe afrontar, serán capaces de ponerse en primera línea para evitarle un desgaste excesivo al presidente.

Ahora bien, la petición gritada de Carracao para que los diferentes grupos de izquierda se sumen a los intereses del PSOE, en momentos tan propicios, sólo ha tenido la respuesta de Mohamed Alí: líder de la UDCE. Como no podía ser de otra manera. Primero, porque Alí es cual la flor del vilano: se deja llevar por los vientos. Y segundo, porque Aróstegui está considerado entre los socialistas como un personaje de cierta bajeza. Y nunca sería aceptado como compañero de viaje entre las huestes socialistas. De momento.

Así que Carracao, cuyos pensamientos no están descaminados, no conseguirá nada. Pues le faltarán apoyos. Y Vivas seguirá ganando elecciones sin despeinarse. Y se tendrá que conformar con ver cómo el presidente, quizá ninguneado por sus subalternos en algún momento, se lleva un chasco morrocotudo. Menos da una piedra.
 

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