El fiscal pide 11 años para un hombre por un presunto delito
de homicidio en grado de tentativa y la tenencia ilícita de
armas. Los hechos se produjeron en la bodega El Arroyo, en
Doctor Marañón, y se saldaron con el apuñalamiento de un
sujeto en la yugular aunque el acusado alega que no tuvo
intención de matar a su amigo.
Nueve años por el presunto delito de homicidio en grado de
tentativa y dos más por la supuesta tenencia ilícita de
armas fueron las penas solicitadas por el representante del
Ministerio Fiscal en la ciudad para un hombre ante el
tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de
Cádiz en Ceuta. Por su parte, el letrado de la defensa pidió
la absolución de su cliente y, en caso de condena, que se
tuviese en cuenta el atenuante de graves adicción a las
bebidas alcohólicas que recoge el artículo 20 del Código
Penal.
Los hechos enjuiciados por el tribunal tuvieron lugar el uno
de marzo de 2008 en la bodega El Arroyo, ubicada en la calle
Doctor Marañón, y se saldaron con el apuñalamiento en la
yugular de un hombre, aunque afortunadamente sin resultado
de fallecimiento. Según la versión aportada por el acusado,
dicho día se encontraba bajo los efectos del alcohol desde
las doce de la mañana hasta pasadas las seis de la tarde, y
todo se produjo porque “estábamos tomando unas copas y me
pegó un cabezazo. Entonces caí al suelo, tenía un mechero
que tenía una hoja y le di en varias ocasiones pero no
recuerdo más. Nunca tuve intención de matarlo y no recuerdo
el sitio al que le iba a golpear porque estaba muy
borracho”.
El testimonio de la víctima, sin embargo, fue diferente ya
que esta explicó que el acusado se había caído al suelo por
su estado y, al intentar ayudarlo, “me pinchó por la espalda
y luego otras cuatro veces, dos en la cabeza, detrás de la
oreja y en el cuello. No habíamos discutido, estábamos
bebiendo por separado y no entiendo por qué lo hizo así que
reclamo por las lesiones que sufrí”.
En calidad de testigos acudieron al juicio otras tres
personas que estuvieron presentes cuando se produjo el
apuñalamiento, coincidiendo todos ellos en que el imputado
estaba “bastante bebido y nunca lo habíamos visto así de
agresivo ya que todos somos amigos desde pequeños porque nos
hemos criado en El Príncipe”. Uno de ellos especificó que el
acusado “muchas veces se tira al suelo del bar para hacer
bromas pero cuando se produjo la agresión estaban los dos de
pie. Además, uno de nosotros se metió para separar y también
acabó lesionado”, relató el testigo.
Por su parte, el propietario del establecimiento corroboró
la versión de la víctima y explicó que “entré para coger una
botella de whisky y cuando salí ya había empezado todo
aunque minutos antes vi como el acusado de caía al suelo y
el otro lo ayudaba”, añadió. En su comparecencia, todos los
agentes de la Policía Local que declararon como testigos
argumentaron que el imputado “no presentaba síntomas
evidentes de haber bebido y por ello no le hicimos la
prueba. Además, lo detuvimos en El Sardinero así que tuvo
que correr mucho para, en poco tiempo, desplazarse de un
lugar a otro”.
Para finalizar la vista oral, comparecieron los médicos
forenses, quienes aseguraron que la lesión pudo producir el
fallecimiento de la víctima pese a que la hoja cortante sólo
midiese 3 centímetros ya que “todo el mundo sabe las zonas
que no se deben tocar para no causar la muerte, como es la
yugular”.
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