Es la despedida de los jinetes y
de los caballos a un lugar entrañable, de muchos años y que
ahora queda atrás, en tanto se estrena una nueva escuela
ecuestre.
Si bien es cierto que toda despedida deja cierta añoranza,
no menos cierto es que en este caso se sale de un lugar
agradable, eso es cierto, y que era lo que había y se
desplaza a un lugar de auténtico lujo.
Alguien decía, días pasados, comparando las instalaciones
que se dejan con las nuevas instalaciones hípicas que era
algo así como “pasar de Alfonso Murube al Santiago Bernabeu.
Dos docenas de personas, jinetes y monitores del ICD,
realizaron el traslado de los caballos y ponis al nuevo
recinto, desde Viña Acevedo.
Y con estas nuevas instalaciones vienen las perspectivas
cara al futuro, con aspiraciones y expectativas por todo lo
alto, para situar a la Ciudad Autónoma en el número uno en
cuanto al números de alumnos adscritos al centro.
Está bien que haya ilusión, y además aquí esa ilusión está
basada en que hay unas instalaciones de verdad, modernas, a
tono con lo que deben ser hoy unas instalaciones de primer
orden, en estos momentos del siglo XXI. Lo que había ha sido
la base, ahora ya, tras haber partido de cero, en su día,
allí, ya tenemos otra cosa, ya debemos aspirar a algo más y
ese algo más es lo que ha llegado ya.
Los entendidos, que no son precisamente los políticos,
aunque haya políticos que traten de ser entendidos, hablan
de que va a ser una instalación modélica, por las
prestaciones de gran categoría que aporta.
Y es que es un lujo para cualquier ciudad y por tanto lo
tiene que ser para Ceuta, el tener unas instalaciones como
estas, para los muchos aficionados, cada vez más, que hay a
esta modalidad deportiva que, no sé por qué razón, en Ceuta
no se la ha dado toda la importancia que realmente tiene.
No hay que olvidar, aunque haya quien parece ocultarlo, que
Ceuta lleva siendo, desde hace años la segunda escuela de
España en cuanto al número de alumnos.
Obviamente, a partir de ahora, ese número deberá subir, y no
hay quien descarta que, con un poco de suerte, buena
voluntad y propaganda de lo que realmente hay, se puede
llegar a ser la primera.
Esto es difícil, sería bonito, pero lo mejor es seguir con
los pies en el suelo.
En competición, doma, salto ..., hay una variedad tal que
hace que la equitación, también en Ceuta, sea un deporte
apto para todos, teniendo en cuenta que hay caballos que
pueden responder al perfil de todo tipo de jinetes.
Ahora mismo, ya podemos anticipar que las condiciones, de
cara al público, serán las mejores, para los caballos y para
los propios jinetes. Tenemos, pues, un privilegio que no se
ha tenido siempre y que no poseen otros lugares, de ahí a
esas aspiraciones a las que hacíamos alusión antes.
Y no hemos hecho más que citar, en abstracto, las mejoras
pero eso lo pasamos al ámbito concreto cuando hemos
comprobado que hay un recinto preparado para acoger a más de
400 ceutíes, con 44.000 metros cuadrados, principal
ingrediente de la nueva escuela hípica.
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