Desde que allá por 1982 se inventara, o mejor dicho se
recreara y remodelara en plena transición democrática por
real decreto ministerial la instauración y concesión
oficiales e institucionales de la Medalla de Oro al Mérito
al Trabajo -modernizando así la anterior vieja medalla
otorgada durante el franquismo- han pasado años. Ciudadanos,
personalidades e incluso organismos y entidades han sido
laureados con esta distinción a lo largo de casi treinta
años en reconocimiento a su trabajo en diversos sectores de
la Sociedad: artes, cultura, empresa, finanzas, ciencias,
letras, política, etcétera. Este premio cuenta en su haber
con celebridades como la actriz Lola Herrera, empresarios
como Isidoro Álvarez -presidente de ‘El Corte Inglés’- o
entidades como Cáritas.
En toda la etapa democrática, en casi treinta años
-veintisiete para ser más exactos- cada edición anual de la
Medalla de Oro al Mérito al Trabajo suele decidirse en
sesión ministerial y los nombramientos se dictan por decreto
habitualmente a primeros o mediados de diciembre.
Aproximadamente, sacando una media, son alrededor de una
treintena de medallas las concedidas cada año y desde 1982.
El listado total de galardonados de inicio a hoy sería
larguísimo pero nos da una idea de cuantas personas y
entidades han recibido este reconocimiento. Unos muchos
cientos. De ellos, si la memoria no me falla y las
hemerotecas aciertan de manera completa, solo unos pocos
privilegiados ceutíes -contados con los dedos de una mano-
fueron los condecorados.
La verdad es que, cual porcentaje comparativo, la aportación
ceutí respecto a los premiados de otras partes del Estado ha
sido y es reducida o mínima -lógico además por la limitada
demografía y el reducido territorio de Ceuta en comparación
con otras provincias y regiones de mayor extensión y
población- pero no por ello menos importante, ilustre e
interesante. Pocos pero muy buenos. Calidad sobre todo.
Por orden cronógico, el primero de los ‘caballas’
galardonados con la Medalla de Oro al Mérito al Trabajo -y
sobradamente merecedor de tal reconocimiento- es sin duda el
insigne e ilustre abogado, escritor y político ceutí D.
Francisco Olivencia Ruíz -toda una personalidad en Ceuta y
fuera de ella también- a quien se le concedió la
condecoración ministerial el 13 de diciembre de 2002 por sus
innumerables méritos y aportaciones en el comercio, la
empresa, la abogacía y la política.
Cuatro ediciones más tarde, igualmente en diciembre pero de
2006, la admirada y abnegada comadrona-matrona ceutí Antonia
‘Nona’ Alguacil -tan querida por todos-recibió la Medalla de
Oro al Mérito al Trabajo por toda una larga vida asistiendo
partos a domicilio primero y posteriormente en los ceutíes
hospitales Militar y de la Cruz Roja, actualmente de Ingesa.
En diciembre de 2008, el empresario ceutí D. Pablo Belmonte
Chamorro recibió el preciado galardón en reconocimiento a su
larga trayectoria en el comercio local desde unos prontos
inicios en el seno de una familia humilde en una pollería
materna y posteriormente con una ferretería hasta llegar a
poseer una cadena de siete establecimientos -los célebres
‘Almacenes San Pablo’- con más de 50 empleados, cual
prototipo de persona emprendedora casi sin preparación,
hecha a si misma con esfuerzo, dedicación y tesón.
Y actualmente, en diciembre de este año 2009, el afortunado
y merecido condecorado fue el ejemplar joyero ceutí D.
Antonio Benítez, cuyos criterios para la concesión de la
medalla condicieron con los de su predecedor D. Pablo
Belmonte. Aunque en distintos negocios pero dentro del
sector comercial, ambos comparten: origen humilde de hacerse
así mismos, carácter laborioso, capacidad de entrega, mínima
preparación académica, gusto por el trabajo bien hecho, edad
avanzada pero con buena salud, estar aún activos acudiendo a
diario a sus despachos y negocios, poseer varios
establecimientos y la amabilidad en el trato.
Cuatro ‘caballas’ como ‘medallistas’ en estas ‘olimpiadas’
ministeriales en reconocimiento a cuanto y bien han
trabajado durante sus largas vidas. Vidas presentes aún ente
nosotros y que Dios les conserve y guarde por muchos años.
Cuatro ceutíes ‘Medallas de Oro al Mérito al Trabajo’ como
cuatro soles. Tres de ellos de origen humilde -Alguacil,
Belmonte, Benítez- y uno de acomodada familia
liberal-burguesa e intelectual -Francisco Olivencia- pero
todos ellos igualmente merecedores, ilustres e insignes;
completan el elenco de personalidades ceutíes poseedoras de
tan importante galardón. Esta es la importante, notoria y
cualitativa cuota ceutí al prestigioso premio ‘Medalla de
Oro al Mérito al Trabajo’. Una participación o aportación
que estoy seguro aumentará en los años venideros con el
ingreso en este ‘club’ de más ceutíes. Porque, merecedores
de esta medalla, haberlos haylos. Piensen un poco,
encontrarán candidatos. Hagan sus conjeturas o ‘quinielas’.
¿Quién será el próximo o la próxima ‘caballa’ en recibir
esta medalla?
Reitero mis felicitaciones y enhorabuenas a todos los
ceutíes galardonados hasta ahora con la ‘Medalla de Oro al
Mérito al Trabajo’: Olivencia, Alguacil, Belmonte y Benítez.
Y hoy, Ceuta tiene ‘4 Fantásticos’
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