Los avances tecnológicos, científicos y sociales son
evidentes en este siglo XXI, donde los tiempos cambian y las
infraestructuras siguen este camino para intentar, con
mayores pretensiones, ofrecer una mejor calidad de vida a
toda la sociedad. Y este es el objetivo del Poder Judicial,
al que ya le ha llegado el turno de correr por el mismo
sendero que el resto de Administraciones y que iniciará este
proyecto a través del Plan para la Modernización de la
Justicia.
Pero los comienzos nunca fueron fáciles, y al igual que
sucedió con la escritura al pasar del pergamino a la
impresión, muchos fueron los años en los que la tinta se
utilizó de diversas maneras. Al igual ocurrirá con la
justicia española en esa apuesta porque los medios impidan
la ralentización de los procedimientos y cada trabajador
tenga una seria de funciones específicas. Lo primero, tras
inaugurar la fase tecnológica con el paso de la notificación
en papel a la digital a través de Lexnet (para evitar el
trasiego de papeles entre los servicios comunes procesales y
los juzgados), será la implantación de la Nueva Oficia
Judicial, de la que mucho se ha oído hablar pero pocos saben
qué será y para qué se utilizará.
Tradicionalmente, la organización fundamental para dar apoyo
a los jueces ha sido la Secretaría. Cada órgano
jurisdiccional estaba constituido por un juez y una
secretaría, integrada por un secretario judicial y personal
auxiliar (auxiliares, oficiales y agentes judiciales). La
Ley disponía que hubiese una Secretaría en cada Juzgado y
una o varias secretarías en cada sala o sección de los
tribunales, todo ello bajo la dirección de los jueces.
Reforma física y material
Pues bien, la Nueva Oficina Judicial modernizará y
racionalizará la infraestructura personal, material y
tecnológica que rodea al juez, aliviando así la tarea de
este. La intendencia cotidiana del juzgado o tribunal ya no
será carga del juez, en detrimento de sus funciones
esenciales, sino de la Nueva Oficina Judicial, dirigida por
el secretario judicial. Toda la labor de documentación de
los expedientes, el calendario de juicios o la ejecución de
sentencias ya dictadas pasa a ser competencia del secretario
y de su equipo. De este manera, el juez puede dedicarse a
celebrar juicios y a dictar sentencias, lo cual contribuirá
a que el número de sentencias dictadas aumente y la Justicia
sea más rápida.
En la Nueva Oficina Judicial existe un elemento organizativo
básico, que es la unidad. Éstas podrán ser unidades
procesales de apoyo directo y servicios comunes. Las
primeras, asisten a los jueces en el ejercicio de sus
funciones mientras que los segundos son unidades que, sin
estar dentro de un juzgado o tribunal concreto, cumplen
labores centralizadas de gestión y apoyo en la aplicación de
la ley procesal. Éstas incluyen el registro de escritos que
se presenten en los diferentes procedimientos, la
realización de los actos de comunicación a las partes
(peritos, abogados y procuradores o testigos) y la ejecución
de las resoluciones judiciales.
El personal funcionario integrante de la Oficina Judicial se
estructurará, además, en diversas categorías: el secretario
judicial, el cuerpo de gestión procesal y administrativa, el
cuerpo de tramitación procesal y administrativa, y el cuerpo
de auxilio judicial. Punto este último debatido la semana
pasada entre los sindicatos y el Ministerio de Justicia para
establecer las bases de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT).
¿Cómo cambiará la Justicia?
Según lo planteado en el informe emitido por el Ministerio,
la Nueva Oficina Judicial conseguirá una justicia rápida que
liberará al juez de la labor burocrática. Con ello podrá
dedicar la totalidad de su tiempo a dictar sentencias y a
resolver los litigios que tiene encomendados.
El resto de la actividad de dicha oficina se racionalizará
en diversas oficinas y unidades en las que trabajará
personal especializado. Y al frente de la misma, se situará
como director y asumiendo un importante incremento de
funciones, el secretario judicial, un especialista con alto
nivel de competencia y elevados conocimientos jurídicos que
estaban totalmente desaprovechados. A partir de ahora será
la piedra angular de la oficina, en torno a la cual va a
girar el buen funcionamiento de la misma y la aceleración de
los procedimientos.
Beneficios para el ciudadano
La finalidad primordial es que el ciudadano llegue a tener
un servicio más próximo y de calidad.
La Nueva Oficina mejorará el trabajo diario de abogados y
procuradores, a quienes el nuevo sistema facilitará
considerablemente la labor de seguimiento de los procesos.
Habrá un nuevo método de señalamientos de juicios,
coordinado desde un servicio común. Esto propiciará un
máximo rendimiento de la sala de vistas, que se utilizará
desde primera hora de la mañana y durante todos los días de
la semana, evitando las grandes esperas a las que
frecuentemente se ven sometidos los usuarios de la Justicia.
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