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OPINIÓN - DOMINGO, 13 DE DICIEMBRE DE 2009

 
OPINIÓN / ventana abierta

El comercio justo

Por Miguel Ángel de la Huerga (Orientador Familiar)


Es un espectáculo observar como en estos días navideños, todos los comercios del primer mundo se encuentran abarrotados de compradores que invierten grandes cantidades de dinero en conseguir alimentos y regalos para sus familiares más próximos. Tanto afán en consumir, apenas nos deja espacios para pensar en aquellos que carecen de lo más indispensable. Por eso sería oportuna una reflexión a cerca de cómo podríamos hacer esto de otra manera que sirviera, además, para ayudar al tercer mundo.

Me estoy refiriendo al Comercio Justo. Un comercio alternativo que ofrece a los productores vías para comercializar sus productos conforme a unos criterios éticos que integran valores económicos, sociales y ecológicos. Se trata de un movimiento que tiene cuarenta años de existencia y que en los últimos años se ha intensificado en España, que sustenta una relación comercial, basada en el diálogo, la transparencia y el respeto mutuo. Contribuye al desarrollo sostenible proporcionando mejores condiciones comerciales y asegurando sus derechos a los productores y trabajadores marginados, especialmente en los países del Sur.

Esta forma alternativa de comercio tiene como condiciones mínimas:

-Garantizar un salario justo al productor que cubra los costes de producción y le permita llevar una vida digna.

-Destinar una parte de los beneficios de los productores a las necesidades básicas de su comunidad (sanidad, educación, vivienda, etc.)

-Evitar la explotación infantil

-Promover la participación en la toma de decisiones con el funcionamiento democrático en sus organizaciones

-Fomentar la igualdad del hombre y la mujer

-Impulsar la protección del medio ambiente. Favorecer la elaboración de los artículos con productos naturales, apoyar a las organizaciones respetuosas con el medio ambiente o aquellas que tienen certificaciones ecológicas.

Con el Comercio Justo la sociedad recupera el vínculo entre productor y consumidor, obteniendo éste, junto con el producto, información del mismo, lo que le permite conocer más lo que está comprando y el beneficio que produce su compra.

En definitiva, mediante el Comercio Justo los consumidores obtienen productos de calidad, con la garantía de que se han respetado los derechos de los trabajadores y el medio ambiente, aspectos que deben ser considerados como un plus de calidad del producto.
 

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