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sociedad - DOMINGO, 13 DE DICIEMBRE DE 2009


operación de las brigadas. f.r.

Medio Ambiente / Brigadas Forestales
 

Cara a cara con la procesionaria

Las Brigadas Forestales combaten la
plaga de esta oruga que ataca a los
pinos ceutíes y que ha llegado a la zona
de Benzú, Aranguren y los pantanos
 

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Dependiendo de la climatología, a mediados o finales de verano la mariposa de la procesionaria realiza la puesta en las hojas de los pinos y, al cabo de un mes, nacen las orugas, que se agrupan en capullos. En invierno, a la caída del sol, las orugas entran en actividad y comienzan su marcha en busca de comida de una manera alineada; cuando han terminado de alimentarse o el frío de la noche es considerable, las procesionarias vuelven al bolsón.

Este ciclo biológico se ha producido en la ciudad autónoma, y las orugas han comenzado a apoderarse de los pinos ceutíes extendiendo su plaga por diversas zonas, tales como Benzú, Aranguren o los pantanos. “Es peligrosa en determinadas épocas del año, concretamente, en diciembre y enero, por eso hemos comenzado a combatirla pese a que, por lo que hemos visto, este año hay menos que el pasado”, explicaba Andrés Manjón, jefe de las Brigadas Forestales.

Esta plaga, conocida como la procesionaria del pino, se extiende por los bosques del Mediterráneo y el norte de Marruecos, y responde al ciclo natural de los ecosistemas de árboles y matas. “En la época de los trabajos selvícolas se tratan izquierdas y derechas de las carreteras y pistas forestales haciendo podas y saneando los bosques; todo ello enfocado a la prevención de incendios, que conlleva el eliminar ramas y árboles muertos pero siempre respetando las especies. Y realizando estas tareas hacemos frente a la plaga”, aclaraba el experto.

Para controlar esta plaga existen diferentes medios teniendo siempre en cuenta la extensión del perímetro arbóreo, entre ellos, el uso de insecticidas que por ingestión matan a los estados inmaduros; la corta, recogida y quema de nidos, y mediante abatimiento de los capullos con escopeta. “También se utilizan pulverizadores de unos veinte o treinta litros que eliminan los bichitos. En grandes ciudades, estos pulverizadores son de gran escala y se utilizan las avionetas pero Ceuta no tiene esas excesivas dimensiones para este medio”, añadía el jefe forestal.

El daño característico que produce la procesionaria es la defoliación que, generalmente, no mata al árbol pero sí lo puede debilitar en gran medida facilitando así el ataque por parte de otros enemigos como parásitos, aunque otros depredadores como las avispas, los carboneros y los herrerillos sí que ayudan a las especies a luchar contra esta oruga perversa.
 

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