Dependiendo de la climatología, a mediados o finales de
verano la mariposa de la procesionaria realiza la puesta en
las hojas de los pinos y, al cabo de un mes, nacen las
orugas, que se agrupan en capullos. En invierno, a la caída
del sol, las orugas entran en actividad y comienzan su
marcha en busca de comida de una manera alineada; cuando han
terminado de alimentarse o el frío de la noche es
considerable, las procesionarias vuelven al bolsón.
Este ciclo biológico se ha producido en la ciudad autónoma,
y las orugas han comenzado a apoderarse de los pinos ceutíes
extendiendo su plaga por diversas zonas, tales como Benzú,
Aranguren o los pantanos. “Es peligrosa en determinadas
épocas del año, concretamente, en diciembre y enero, por eso
hemos comenzado a combatirla pese a que, por lo que hemos
visto, este año hay menos que el pasado”, explicaba Andrés
Manjón, jefe de las Brigadas Forestales.
Esta plaga, conocida como la procesionaria del pino, se
extiende por los bosques del Mediterráneo y el norte de
Marruecos, y responde al ciclo natural de los ecosistemas de
árboles y matas. “En la época de los trabajos selvícolas se
tratan izquierdas y derechas de las carreteras y pistas
forestales haciendo podas y saneando los bosques; todo ello
enfocado a la prevención de incendios, que conlleva el
eliminar ramas y árboles muertos pero siempre respetando las
especies. Y realizando estas tareas hacemos frente a la
plaga”, aclaraba el experto.
Para controlar esta plaga existen diferentes medios teniendo
siempre en cuenta la extensión del perímetro arbóreo, entre
ellos, el uso de insecticidas que por ingestión matan a los
estados inmaduros; la corta, recogida y quema de nidos, y
mediante abatimiento de los capullos con escopeta. “También
se utilizan pulverizadores de unos veinte o treinta litros
que eliminan los bichitos. En grandes ciudades, estos
pulverizadores son de gran escala y se utilizan las
avionetas pero Ceuta no tiene esas excesivas dimensiones
para este medio”, añadía el jefe forestal.
El daño característico que produce la procesionaria es la
defoliación que, generalmente, no mata al árbol pero sí lo
puede debilitar en gran medida facilitando así el ataque por
parte de otros enemigos como parásitos, aunque otros
depredadores como las avispas, los carboneros y los
herrerillos sí que ayudan a las especies a luchar contra
esta oruga perversa.
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