Los colegios García Lorca y Vicente Aleixandre pusieron ayer
la semilla de “una nueva forma de trabajar” en el ámbito
educativo ceutí apostando por el “desarrollo comunitario”
con el respaldo de la Dirección Provincial del Ministerio de
Educación, la Ciudad Autónoma y el Instituto Marco Marchioni.
La idea, bautizada como ‘Soñando con una escuela para todos,
entre todos’, parte del supuesto de que el fracaso escolar
lo es “de la sociedad entera” y que, por tanto, las medidas
encaminadas a paliarlo deben contar también con la opinión,
la participación y las aportaciones de toda la comunidad que
rodea al centro educativo.
Cuando, en pleno siglo XIX, el economista alemán Lorenz von
Stein fue consciente de que la sociedad había dejado de
constituir una unidad debido a la existencia de clases que
propiciaban que los individuos persiguiesen sus propios
intereses a costa de los del resto sembró la semilla
ideológica de lo que después dio en llamarse el Estado
Social, una forma de organización política que pretende
evitar la exclusión y, en el fondo, una previsible
revolución.
En el siglo XXI la situación es otra: la familia tradicional
está en una ‘crisis’ difícilmente reversible y muchas
“nuevas familias” se enfrentan a grandes dificultades para
atender a los procesos educativos de sus hijos y a las
relaciones correctas con la escuela y el profesorado, que
“muy a menudo” se ve “rodeado de la incomprensión social y
con alumnos cargando con una serie de situaciones
problemáticas que poco o nada tienen que ver con los
programas didácticos requeridos por la administración”.
La respuesta de los “valientes” directores de los Colegios
de Educación Infantil y Primaria (CEIP) García Lorca y
Vicente Aleixandre, Antonio Palomo y Maribel Lorente, fue
ayer, con el respaldo de las dos Administraciones y del
prestigioso Instituto Marco Marchioni (IMM), especializado
en la puesta en marcha de procesos de intervención
comunitaria, la siembra de la Escuela Social. Esto es, una
apuesta por “aunar esfuerzos” alrededor de centros
educativos “abiertos” a la sociedad que les rodea para
“implicar a todos” en la misión de “hacer algo distinto”
para atajar las tasas de fracaso y abandono escolar que
hipotecan y ensombrecen el futuro de Ceuta.
Palomo y Lorente se encargaron, junto a la directora del
Centro de Profesores y Recursos (CPR), María José Navarro;
el presidente del IMM, Antonio Santana; la jefa de la Unidad
de Programas Educativos de la Dirección Provincial del
Ministerio, Pilar Álvarez, y el propio director, Aquilino
Melgar, de presentar a los medios un proceso al que se ha
dado en llamar ‘Soñando con una escuela para todos, entre
todos’.
“Nuevas respuestas”
“La nueva sociedad exige nuevas respuestas”, asumió el
director del García Lorca, que coincidió en calificar de
“complejo” el proceso que se pretende abrir alrededor de
ambos colegios para “ver los problemas existentes, pero
también las oportunidades a nuestro alcance para
resolverlos”, según le completó Santana.
La piedra filosofal del proyecto la puso Navarro: quien esté
libre de culpa en los déficits de la formación de nuestros
jóvenes, que tire la primera piedra. “Antes”, explicó, “en
la escuela se enseñaban contenidos, una tarea relativamente
fácil, pero no se puede delegar en las aulas la tarea de
educar ciudadanos, una misión que apela a la responsabilidad
de todos porque el fracaso escolar es de la sociedad
entera”.
El proceso comunitario tal y como lo entiende el IMM no
tiene una estructura fija. Se trata de que todas las partes
de una comunidad, “de un barrio” (servicios sociales,
centros educativos, padres, profesores, medios de
comunicación, instituciones... “hasta el panadero”) estén
dispuestos a implicarse en la búsqueda de lugares de
encuentro donde realizar un diagnóstico de lo que hay a su
alrededor y proponer medidas consensuadas para mejorarlo.
Por la tarde, en el García Lorca, representantes de todos
los colectivos mencionados se dieron cita para empezar a
caminar juntos sin un itinerario marcado que deberán
establecer ellos mismos con la ayuda del propio Marchioni,
una institución internacional en el asentamiento y
desarrollo del concepto del “trabajo comunitario” que en
Ceuta aspira a traducirse en “la construcción de una nueva
relación más democrática y paritaria entre la Escuela y las
familias, entre los profesores y madres y padres, para
buscar juntos las mejores y más adecuadas respuestas a las
nuevas necesidades sociales y educativas de la población”.
Melgar se comprometió ayer a “arropar” el proyecto con la
esperanza de que, según cómo germine, pueda extenderse en el
futuro a otros centros educativos de la ciudad autónoma, el
primer caso en el que Marchioni y su gente se han encontrado
con una iniciativa de este tipo auspiciada por los propios
centros educativos.
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El proceso socioeducativo ‘El Patio’, en Canarias,
referente con resultados “concretos” y “objetivos”
Desarrollo comunitario,
participación, autoorganización, “estrategias de cambio
cognitivo-conductual”, metodología grupal, “dinámica,
global, abierta y creativa”... No son sólo bonitas palabras.
Por lo visto, dan resultado. Una de las mejores pruebas de
ello es el programa ‘El Patio’, un proceso socioeducativo
que se desarrolla en los barrios de Las Remudas y La
Pardilla, situados en el municipio de Telde (Gran Canaria);
y en los municipios de Teguise y San Bartolomé (Lanzarote),
es un referente nacional e internacional en lo que a la
constación “objetiva” del éxito de los planteamientos del
IMM se refiere. Sus ámbitos de actuación son la calle y los
centros educativos y su promotora, la Consejería de
Bienestar Social, Juventud y Vivienda del Gobierno de
Canarias. Hace nueve años, cuando se puso en marcha, el
Instituto Marcho Marchioni se encontró en esas áreas con
algunos de los mayores semilleros del archipiélago de
jóvenes que acababan con medidas judiciales por coquetear
con la delincuencia. Hoy hace más de dos años que ni un solo
menor de dichos ámbitos corre la misma suerte. Muchos, al
contrario, se han convertido en dinamizadores de las
dinámicas que cambiaron su destino.
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