El Palacio Autonómico se vistió ayer de gala para dar la
bienvenida a las fiestas navideñas con el VII Pregón, que
estuvo protagonizado por el dueto conformado por Juanita
García y Eduardo Fernández. Ambos, con cariño y dulces
anécdotas, hicieron un análisis comparativo de la tradición
de la Navidad a través de las diferentes generaciones
destacando que son fechas de “amor, fraternidad y
villancicos”.
”Recuerdo, allá por los años 40 y 50, cuando los coros
ensayaban los villancicos en las calles, y de las cocinas
los aromas a rosquillos y pestiños al ritmo de panderetas y
zambombas”. Con estas palabras de nostalgia arrancó ayer el
VII Pregón de Navidad para dar la bienvenida a unas fiestas
protagonizadas por el “amor, la fraternidad y la amistad”.
El Palacio Autonómico recibió a más de un centenar de
mayores ceutíes que, tras el certamen de Platyos Salado y
Dulces Navideños, quisieron recordar en buena compañía
“cuando los Reyes Magos de Oriente llegaron hasta Belén
guiados por una estrella” mientras que ahora sólo baja por
algunas chimeneas el “trineo de Papá Noel”, anunciaba el
dueto de pregoneros conformado por Juanita García, amas de
casa de 77 años, y Eduardo Fernández, estudiante
universitario de 81 primaveras.
Durante la intervención de ambos, no faltaron las
evocaciones a un pasado no muy lejano donde las rosquillas y
el anís eran los ingredientes necesarios para sembrar la
alegría y el entusiasmo de niños y mayores al llegar la
Navidad. Además de recordar aquellos pequeños detalles que
desde el siglo VIII han anunciado las fiestas de la paz, la
armonía, la añoranza de los seres queridos, desde la ciudad.
Porque “Ceuta se viste de mil colores con su mejor traje de
fiesta, ya que todos esperamos desde diciembre que las luces
den vida a las calles y que Jesús sea el invitado de honor
de todas las familias”, alabaron los pregoneros.
Para sellar la cita repleta de carisma y emociones a flor de
piel, el coro La Estrella de la Asociación La Copla brindó
al auditorio un popurrí de villancicos entonados con el
cante y el compás del jondo.
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