Hay situaciones en la vida por las que nadie querría pasar y
este es el caso de Francisca Ramos que afirma estar viviendo
un auténtico calvario desde el día que decidió alquilar el
restaurante La Huerta. Se siente acosada y asegura sufrir
presiones y robos presuntamente por parte de su arrendatario
y ante la desesperación se encadenó a las rejas de los
juzgados con la esperanza de que los jueces “me escuchen”.
A las 9:05 de ayer los miembros de los Cuerpos de Seguridad
del Estado se encontraron con que una ciudadana española se
había encadenado a las rejas de los juzgados.
La sorpresa fue mayúscula aunque la protagonista, Francisca
Ramos, es habitual de estas dependencias porque mantiene un
contencioso con el propietario del restaurante La Huerta,
que la obliga a acudir casi a diario para denunciar.
La Policía se apresuró entonces para desencadenar a
Francisca Rivas pero como no poseía la llave del candado
tuvieron que recurrir a un cortafrío. Ante la calma y la
buena actitud mostrada por la encadenada cuando se acercó la
Policía, la dejaron en libertad y entre sollozos y gestos de
desesperación se marchó de los juzgados.
“Estoy muy avergonzada por lo que he hecho para que alguien
me escuche. Necesito que me atienda algún juez o alguna
jueza porque estoy cansada de tantas denuncias. Estoy
agotada, tengo miedo y no paro de recibir amenazas”, comentó
desesperada Francisca a El Pueblo.
Justo cuando se le estaba realizando la entrevista pasó el
delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, acompañado de
su asesor y de su guardaespaldas.
Entonces, Ramos, ni corta ni perezosa y como muestra de una
total desesperación se acercó al delegado del Gobierno que
en un gesto de buena voluntad le indicó a sus acompañantes
que la dejaran acercarse.
Ramos no desaprovechó la ocasión para mostrarle sus
preocupaciones sobre el presunto acoso que está recibiendo
por parte del propietario del negocio que ella le alquiló y
que lleva casi un mes cerrado porque según Ramos y
presuntamente, el dueño del restaurante le ha cortado la
luz.
Según Ramos, “me he acercado al delegado porque el señor que
me está haciendo la vida imposible me ha amenazado
diciéndome que es amigo suyo. Pero Fernández Chacón me ha
dicho que no conoce de nada a este hombre y que esté
tranquila y que confíe en la justicia”, explicó.
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