Márquez eludió ayer meterse en camisa política de once varas
y, a preguntas de los periodistas sobre la situación de la
activista saharaui Aminetu Haidar en el aeropuerto de
Lanzarote se limitó a recordar que se trata de un asunto “de
Política Exterior” en el que las competencias exclusivas son
“del Estado” y sobre el que, por tanto, el Gobierno ceutí,
“como el resto de fuerzas políticas” [sic], “apoya todas sus
gestiones para lograr un feliz desenlace de este episodio”.
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