Es lo que tiene un resultado, que te lleva del infierno a
los cielos o a la inversa, según sea a favor o en contra.
El domingo, en Alfonso Murube, sucedió y lo que parecía ser
el fin del mundo, a las siete de la tarde, había dado un
giro de 360º y había cambiado por completo, ya veremos si
tras los dos encuentro seguidos, fuera de casa, seguimos por
la misma senda, o cual es el camino que se ha cogido. Tiempo
al tiempo.
LA PANCARTA
Iba a tono con la despedida del año, aquí en Alfonso Murube,
por parte del Ceuta, puesto que este encuentro, ante el
Écija, era el último de 2009.
Y no se dio cita mucha gente en el fútbol ese día, unos por
la hora, las cinco de la tarde, en esta época del año, no
es, ni de lejos, la hora más apropiada y la que más tire de
los posibles espectadores para ver un partido de segunda B.
Otros por los resultados adversos, un solo punto logrado de
los últimos nueve disputados. Y otros, porque el largo
puente “había dado con sus huesos” fuera de Ceuta.
Pero los pocos que fueron no iban a pasar el rato,
simplemente. Había más enfado de lo que parecía, tanto por
la marcha del Ceuta, como por ciertas manifestaciones de los
últimos días, con lo que muy de frente, en el fondo de
vestuarios, se colocó una pancarta, en la que con sólo 4
palabras, sólo 4, se expresaba el sentir general:” Nuevo
año, nuevo engaño”.
El 1-1 que hubo durante muchos minutos en la segunda mitad
podría haber servido para atizar, aún, ese malestar, pero al
final con la goleada, ese malestar cambió y la pancarta
desapareció. El resultado, como en otros muchos lugares y en
otros cientos de circunstancias, mandaba.
UNA GOLEADA CORTA
Ha sido la mayor goleada que el Ceuta han endosado a un
contrario, en lo que va de temporada y, mirando la
clasificación, el Écija no parecía el más fácil, pero, con
diferencia, este ha sido el adversario de menos entidad que
pisó Alfonso Murube, en toda la campaña.
Repasando las distintas partes del encuentro y recordando
las jugadas, no veo, todavía, a qué vino a jugar el Écija a
Ceuta, porque no se echó hacia arriba, no se encerró en su
parcela, no controló el centro del campo. No sabía donde
estaba y desde el banquillo creo que no se han enterado,
todavía, que la parte izquierda de su defensa dejaba un
pasillo, por donde el Ceuta entraba como quería y, para
colmo de los visitantes, su portero, especialmente, en el
tercer tanto fue “no una madre”, sino “todo un convento de
madres, hermanas e hijas”.
DESCONCIERTO INICIAL
Es lo que tuvo el Ceuta al empezar la segunda mitad, y con
1-0 a su favor se dejó empatar, en la única ocasión, en todo
el partido, que llevó el Écija a la portería ceutí. Aquí, la
defensa no estuvo acertada, pero el portero, una vez más,
estaba “a cerezas”.
Ahí pudo seguir el mal camino de las últimas semanas y otro
equipo que no hubiera sido el Écija hubiera intentado
aprovecharlo, pero este Écija lo primero que tendrá que
hacer es saber donde y como se coloca, para luego empezar a
pelotear.
Con todo, hasta el minuto 77 no llegó el segundo gol del
Ceuta y ya, de por sí, se pone de manifiesto lo que es el
Écija, cuando el tanto lo marcó de cabeza Sanlúcar. Eso ya
dice algo.
15 MINUTOS GOLEADORES
En los últimos 270 minutos, antes de llegar a este
encuentro, el Ceuta había marcado cuatro goles y para ello
había jugado con un colista, el Estepona, con otro de los de
abajo, el Sevilla B, aquí en Ceuta y con uno de los
gallitos, en Lepe, donde no mojó.
La marcha, cara a la puerta contraria, era fatal y mira por
donde en un cuarto de hora, el final, marcó tres goles y
falló otros dos hechos Aarón Bueno. Así era el Écija y así
le goleó el Ceuta.
Con todo, fallos incluidos, esos han sido, de lejos, los
momentos más realizadores de este Ceuta que, ahora, levanta
cabeza, pero que, una vez más, habrá que estar mirando a lo
que hace él y, de reojo, a lo que van haciendo los otros que
están a su altura.
LUCENA Y MELILLA
Son el postre de este año 2009, que no pasará a la historia
como el gran año del Ceuta. Están en juego 6 puntos que
pueden ayudar mucho a que la pancarta no vuelva a salir,
pero que también pueden hacer, si es que no se sacara algo
positivo, que el ambiente desde principios del año sea tan
malo, como era este fin de semana.
El Lucena no es de los que haya dado facilidades nunca, pero
es accesible, y ni siquiera el que sea un campo de césped
artificial puede justificar un resultado adverso.
El Melilla, ya veremos, parece que está cortado por el mismo
patrón de la irregularidad del Ceuta.
Dos encuentros que significarán mucho como final de año y
como casi final de la primera vuelta del campeonato liguero
2009-2010, que está pasando con toda la pena y con muy
poquita gloria, porque el grupo en el que está encuadrado el
Ceuta es de lo peor que hemos visto en los muchos años que
llevamos en la segunda B.
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