Este largo puente solo lo disfruta
mi hijo pequeño. Un forzado viaje a las tierras levantinas
me ha trastocado los planes que tenía de hacer unas
minivacaciones aprovechando el Día de la Constitución.
Día de la Constitución que se han pasado por el culo todos
los presidentes peperos de Comunidades Autonómicas. Hasta
Juan Vivas pasa del día de la Carta Magna que le permite
presidir una ciudad autónoma.
Será porque al ser domingo y a las 12 del mediodía estarían
en misa, como buenos católicos que dicen ser. Podían dejar
la misa para el 8, Día de la Purísima.
Aunque algo tiene que ver Esperanza Aguirre. En “su”
recepción del pasado viernes sólo compareció, de la cúpula
pepera, el portavoz de economía, Cristóbal Montoro y tal vez
por eso dejó sólo a Rajoy, a pesar de ser la única que tenía
el Congreso más a mano.
Para que luego critiquen el independentismo de Catalunya y
Euskadi.
Mariano Rajoy tenía la cara demasiado larga ante tales
ausencias.
Menos mal que la pequeña Soraya y el alcalde de Madrid,
Ruiz-Gallardón, estuvieron a su lado.
Parecían que iban a un funeral.
La fiesta o como se quiera llamar a este día, solamente
tenía una pega para los peperos, el acto era una cosa seria
y a estos lugares ellos no acuden, además no se repartían
comisiones ni coches o trajes, solamente eran canapés y un
vinillo de andar por casa, a eso no van a ir los peperos: a
perder el tiempo.
O tal vez la celebración de la Constitución les iba a joder
el puente, ¡venga ya!, con lo agotador que debe ser estar
toda la semana soltando veneno por la boca
Pasemos a otra cosa. El árbitro de la Constitución, el
Tribunal Constitucional, está jugando a hacerse el distraído
en referencia al Estatut de Catalunya.
La maniobra, muy clara y transparente dentro de su
oscuridad, parece ser la de postergar una decisión que
tenían que haber tomado en un plazo dispuesto de antemano y
caducado.
Lo hacen con la esperanza de llegar a las próximas
elecciones generales y que salga elegido el PP para
gobernar.
Entonces dirán que no al Estatut.
Un Estatut que no tiene casi ninguna diferencia con el
Estatuto de Andalucía.
La palabra Nación o Nacionalidad no es la misma en ambos
estatutos, según entienden los peperos.
Si la aplican a los catalanes significa, para los
conservadores, que otorgan el pseudo independentismo a
Catalunya.
Muy lejos de la realidad.
¿Saben por qué será difícil que Catalunya obtenga la
independencia?
Principalmente porque los empresarios no quieren. El mundo
empresarial catalán ha sido históricamente ajeno al
soberanismo por razones pragmáticas y de inercia histórica,
según palabras de un alto cargo de la patronal catalana.
Bueno, no tratemos de volver a aquellos tiempos en los
cuales se alcanzó el apogeo de la deshumanización de nuestro
país con implantaciones filosóficas e ideológicas del
nacional-catolicismo, como parece ser que nos llevan los
presidentes autonómicos pertenecientes al PP.
Ya que estamos en puente semi-veraniego (el tiempo es
caluroso aquí), quiero agradecer a la Inmaculada
Constitución estos días festivos, con el consejo de que se
lave un poco esa mancha que ha impregnado el Tribunal
Constitucional con su alargamiento partidista del estudio y
aprobación, en su caso, del Estatut de Catalunya.
¡Ah!, se me olvidaba. No vale la alusión a la presencia de
un lehendakari vasco en esa celebración. Al fin y al cabo el
lehendakari actual se debe al PSOE antes que a los propios
vascos.
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