El próximo viernes se cumplirá el plazo establecido por
su propia Orden ministerial de creación para poner en marcha
el Foro de la Educación. Salvo milagro el Ministerio, que
desea organizar un acto de campanillas para su constitución,
no cumplirá. El que será su presidente, el coctor en
Ciencias de la Educación adscrito al Departamento de
Didáctica y Organización de la Universidad de Granada en
Ceuta Francisco Díaz Rosas (Tetuán, 1951) no se muestra, de
todas formas, azorado por ello. Casi cuarenta años en el
tajo docente, donde ha pasado por la práctica totalidad de
los niveles, le avalan para asumir una tarea que, reconoce,
no debe estar orientada a “contentar a todo el mundo”.
Pregunta.- Va usted camino de cumplir cuarenta años en la
labor docente. ¿Forma parte de los pesimistas que creen que
la enseñanza va cada vez a peor?
Respuesta.- Siempre tendemos a añorar tiempos pasados, pero
estoy convencido de que el sistema educativo actual es mejor
que el que yo conocí cuando, en 1972, empecé a dar clases.
Echo en falta algunas cosas, pero no soy catastrofista. A
los que denuncian la falta de preparación de los alumnos les
recordaría que ahora estudia todo el mundo, que todo el
mundo está escolarizado. Cuando yo empecé sólo algunos
llegaban a las aulas y menos a la universidad. Ahora todo el
mundo puede llegar hasta donde su esfuerzo se lo permite.
Hay quienes se quejan de la falta de esfuerzo, pero eso no
es un aspecto educativo, sino social. El sentido del
esfuerzo lo tenemos poco arraigado. A veces a uno le entra
el pesimismo, piensa que la sociedad tiende a escurrir el
bulto, pero otras estás más lúcido y ves que esa forma de
afrontar la vida es una circunstancia puntual que te hace
estar desencantado.
P.- ¿Sí cree que ha habido demasiados cambios
legislativos en los últimos años?
R.- Sí. La educación es un ámbito en el que los frutos se
recogen a muy largo plazo. No podemos legislar con una
visión corta, sin dar tiempo a que las reformas se
consoliden. Es inevitable que cada opción política, cuando
llega al poder, intente hacer valer sus planteamientos, pero
eso para la educacíon no es bueno, por eso se reclama un
gran pacto educativo al que hoy por hoy todavía no hemos
llegado. Si planteamos un modelo a 50 años vista y después
hay que cambiarlo se cambia, pero con el consenso de todos,
no porque uno tenga el poder, aunque lo haga honestamente.
Parece que ahora se vislumbra un gran pacto de ese tipo y me
parece interesante y positivo.
P.- ¿El fracaso escolar es una enfermedad en sí mismo o
un síntoma de otra?
R.- Es un tema al que se están dedicando mucho esfuerzo y
muchos recursos para paliarlo. No es algo exclusivo de
Ceuta. Es un tema muy complejo y cualquier acercamiento
desde el punto de vista académico se ha hecho teniendo en
cuenta que confluyen muchas circunstancias. Es el resultado
de una confluencia de múltiples causas. Si sólo fuera una
sería fácil ponerle remedio. Ahora mismo se está realizando
un trabajo serio en la Universidad de Granada (UGR) para
analizarlo en Ceuta y Melilla, donde las tasas son más
elevadas, pero no creo que su origen se pueda imputar al
sistema educativo o a la educación que se imparte en un
determinado contexto. Cualquier fracaso, aún de un solo
alumno, debe parecernos mucho, pero eliminar el fracaso
cuando la educación está extendida a toda la población es
muy complicado.
P.- ¿Las causas del fracaso escolar en Ceuta son
distintas a las de Burgos?
R.- En parte sí. Otro porcentaje alto no porque la sociedad
ceutí no se diferencia en gran medida de la sociedad
española. Eso es lo que se esá invesntigando. Se está
trabajando sobre el abandono escolar temprano, sobre el por
qué hay tantos jóvenes que dejan el sistema con una
formación académica menor de la que necesitarían para una
buena inserción laboral.
P.- Entre otras cosas a eso se le pedirá que responda al
Foro. ¿Cuándo le propusieron asumir su Presidencia?
R.- Hace algún tiempo se me comenta la posibilidad de crear
este Foro como ámbito de participación necesario ara que los
agentes puedan aportar su voz y su colaboración y su
esfuerzo para conseguir un bien común. En esa conversación,
que prefiero no concretar temproalmente, se me pidió opinión
sin hablar de ser o no presidente. Yo dije que lo veía
interesante y se me planteó si llegado el momento yo echaría
una mano.
P.- El Ministerio buscaba a alguien sin carné político,
con prestigio, capaz de hacer del Foro un instrumento
vivo... ¿Se ve en el perfil?
R.- Sí. Es una tarea difícil. El Foro está constituido por
representantes de entidades y colectivos con sus
sensibilidades, sus planteamientos en cuanto a ideología
educativa, no política, su manera de ver las cosas y sus
intereses sectoriales. Los padres, los sectores
profesionales, empresariales, sindicales... Entiendo que el
reto es difícil.
P.- ¿Puede bloquear el funcionamiento de un órgano como
este, colegiado, el que sus integrantes respondan a
intereses y prioridades tan diversas?
R.- Lo ideal para mí sería que hubiera consensos tras un
largo debate, pero no hay que hacer tragedias. La regla
democrática es hacer lo que diga la mayoría. Conjugar
intereses diversos y en algún momento contrapuestos no es
fácil. Habrá que tener habilidades y espero estar a la
altura, entre otras cosas para no defraudar a quienes han
confiado en mí y a mí mismo.
P.- ¿Aprecia que en el Foro hay escasos miembros de
perfil estrictamente educativo?
R.- Hay personalidades de reconocido prestigio con ciertas
limitaciones porque una debe estar vinculada y haber
trabajado en la discapacidad, otra en igualdad de género...
El Ministerio tenía cinco nombres. Si hubiese tenido más tal
vez podría introducir más nombres vinculados al mundo
educativo, aunque puediera entenderse que así fagocitaba al
órgano. También están todos los colectivos que tienen que
ver con el ámbito educativo. Las representaciones sindicales
tienen el peso que se les ha dado...
P.- Que es considerable
R.- Sí, pero yo no entro a valorar si debería ser menos o
más. Lo que sí hecho en falta es que en el cupo de
profesores que pertenecen al Foro como tales a propuesta de
los sindicatos lo sean sólo por su vinculación al ámbito
sindical. Hay un colectivo de profesores que no están
vinculados a ningún sindicato y que no tienen posibilidad de
que se les proponga. No sabría cuantificar ese colectivo,
pero sí pienso que no tiene quién le apadrine.
P.- En cualquier caso el Foro podrá paliar esa falta de
especialistas recurriendo al asesoramiento externo cuantas
veces lo necesite, ¿no?
R.- Por supuesto
P.- ¿Lo que ha sucedido con el festivo escolar local no
le hace temer que acabe viéndose al frente de una jaula de
grillos inencauzable?
R.- Espero que no. Confío en que todas las personas que
están en el Foro, tal vez por la única razón de que es un
órgano sin remuneración, sólo para aportar su trabajo, harán
todo lo posible para que no se convierta en eso. Confío en
la buena voluntad de todos los miembros y en la preparación
profunda de muchos. No digo todos porque no los conozco a
todos. Si estoy equivocado el tiempo lo dirá y tendré que
considerar mi opiníon, pero espero y deseo que no sea así.
P.- ¿Que el Foro nazca como un instrumento meramente
consultivo no le hará empezar a trabajar con un pecado
original?
R.- No. Se puede ver al revés incluso. No tener encima la
espada de Damocles de que las decisiones sean ejecutivas,
con el riesgo de acertar o equivocarse, puede permitirnos
también actuar con mayor libertad. No sé hasta qué punto las
decisiones serán buenas. El que las posiciones del Foro de
la Educación no sean vinculantes no tiene que ser malo. La
responsabilidad es de quien la tiene y no se puede delegar.
Se puede compartir, pero hay que ejercerla, con sus ventajas
e inconvenientes.
P.- De forma muy resumida su trabajo va a consistir en
elaborar informes y emitir recomendaciones, ¿no?
R.- Sí, las funciones están muy claras
P.- Olvide por un momento que estará al frente del Foro y
dígame sobre qué temas le gustaría, como experto, que un
órgano como este empezase a trabajar
R.- Si me quito la vestidura... Sobre el tema del fracaso
escolar y también alrededor del de la convivencia. Uno
porque ya lo estamos abordando en la Universidad de Granada
y otro porque yo prefiero ver la misma moneda desde la otra
cara, no hablar sólo de violencia y de acoso. El fenómeno
existe, pero creo que es más interesante verlo desde la otra
óptica para encontrar posibles soluciones. Me gustaría
tratar esos temas, pero en el Foro hay distintos colectivos
y cada uno tendrá sus planteamientos y sus prioridades.
P.- El carácter del Foro, su trascendencia real, también
vendrá marcada por su capacidad de asumir riesgos, de
pronunciarse sobre los asuntos más polémicos. ¿Está
dispuesto a animar a que el organismo se pronuncie sobre
ellos?
R.- Si el Foro entiende que un tema es prioritario y que
puede tener sus repercusiones sobre la calidad de la
educación yo no tendría ningún inconveniente en asumir y en
trabajar en esa dirección. Que un tema resulte más o menos
polémico... No estamos para contentar a todo el mmundo ni
para dorar la píldora a las autoridades. Debemos hacer una
labor honesta y aportar lo mejor. No hay temas polémicos,
nosotros les damos ese cariz. No hay temas conflictivos. Los
conflictos los generamos los seres humanos. De la
fonfrontación de puntos de vista deben surgir puntos de
acuerdo. El conflicto es natural, no debe entenderse como
algo negativo.
P.- A usted le ha designado el Ministerio de Educación y
usted es amigo del director provincial, Aquilino Melgar.
¿Quiere decir algo antes de que le señalen con el dedo por
ello?
R.- La mía con Aquilino es una amistad de la que me honro,
muy antigua y sin vinculación alguna con el puesto que
actualmente ocupa. Evidentemente yo no voy a renegar de mis
amigos. Ahora bien, mi nombramiento como presidente del Foro
no tiene nada que ver con esa amistad. Se debe a otras
circunstancias que confluyen en mi persona y en los
interesesd del Ministerio. Sería muy triste y quedaríamos
muy mal los dos si pensáramos que se me ha elegido por
razones de amistad. Si lo creyese así no hubiese aceptado
porque estaría hipotecado y la única hipoteca qu estoy
dispuesto a asumir es mi falta de capacidad o mi esfuerzo.
P.- ¿Está preparado para recibir presiones políticas de
algún tipo?
R.- No tiene por qué haberlos. La figura del presidente,
vamos a ser sensatos, no tiene un poder ejecutivo. El
presidente no es una autoridad dentro del Foro, sino la
cabeza visible, el portavoz. Si llegan presiones llegarán
desde los distintos ámbitos del espectro político de nuestra
sociedad, pero también pueden proceder de intereses de tipo
profesional, empresarial... Las personas que están en el
Foro no tienen ningún tipo de ataduras ni servidumbres
aunque cada uno haya sido propuesto por determinados
colectivos. Evidentemente a mí me nombra el Ministerio, pero
consignas no he recibido ninguna ni se deben admitir porque
además yo no represento en el seno del Foro a la
Administración. Se me pidió colaboración y eso es lo que yo
puedo ofrecer.
P. ¿Por qué no se ha garantizado pluralidad política en
el Foro? En tres años, si cambia el color político del
Gobierno de la nación, es posible que sólo un partido tenga
voz en él
R.- No lo sé. No he reflexionado sobre ello. El
funcionamiento de nuestra sociedad es muy complejo. Por una
parte hay instituciones sociales, políticas, económicas...
El Foro no es un órgano político ni económico. Es social. No
creo que sea bueno ni malo que haya representantes de la
Administración. No creo que sea imprescindible darle cabida
a la oposición, pero no entro a decir si sería bueno o malo.
P.- ¿Si es un órgano social no sería lógico que las
comunidades culturales también tuviesen, como tales,
representación?
R.- La tienen en virtud de los cauces de representación
social. Igual que antes decía que igual hay un colectivo de
profesores no sindicado ahora le recuerdo que todos los
ciudadanos están representandos en el Foro en virtud e los
cauces empresariales, sindicales... No es bueno mezclar los
temas. Con independencia de cultura, religión, lengua... Esa
no es nuestra seña de identidad. En este foro están las
personas que tienen algo que ver con la educación, pero no
por su pertenencia a un colectivo u otro.
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