José Cabrera Martos (Jaén, 1977) es Licenciado en
Filología hispánica y en Teoría de la Literatura y
Literatura Comparada. Actualmente, ejerce como Profesor de
Enseñanza Secundaria y coordinador de proyectos
coeducativos. Acaba de conseguir el Premio Nacional de
Poesía Ciudad de Ceuta. Entre sus obras publicadas se
encuentran: `Sombra deshabitada´ (Jaén, 2003, XII Premio
anual para escritores noveles) y `Fanales entre el agua´
(Granada, 2003, VIII Premio Genil de Literatura).
Actualmente investiga, tanto en el campo retórico el poema
en prosa, como en los denominados Estudios de Género. Martos
ocupa un lugar destacado entre los jóvenes poetas de este
país.
Pregunta.- ¿Cómo te sientes tras conseguir este premio?
Respuesta.- Agradecido y reconocido al mismo tiempo. Es un
honor ser el portador de un premio en homenaje al poeta
López Anglada, en una Ciudad como Ceuta, cargada de una
posibilidad de lirismo único gracias al encuentro de
culturas.
P.- ¿A quién dedica el título?
R.- A todos los que no pueden aceptar que el horror se
instale y acomode en el sillón del primer mundo como una
costumbre inevitable y lejana donde nosotros nunca somos los
jueces. De ahí la crueldad y la tragedia con la que los
personajes individuales que aparecen en estos versos son
aplastados por el totalitarismo, desde David hasta Hamás,
pasando por la expulsión hispánica de los judíos o por la
gasificación concentrada del nazismo.
P.-¿Por qué crees que has sido merecedor de tan
distinguido galardón?
R.- Acaso por la temática actual y reivindicativa en un
mundo anegado por la autocomplacencia, acaso por la técnica
novedosa de las cláusulas rítmicas y la rima monocorde que
refleja la intención significativa de los poemas, acaso por
pura causalidad, acaso por coincidencia, siempre con un poco
de fortuna.
P.- ¿Cuál es tu estilo cómo autor?
R.-Depende de cada poema y depende de cada libro. Cada tema
o expresión requiere una forma distinta, ya que no es igual
ahondar en la celebración del amor que plasmar la tragedia
de un iceberg derritiéndose irremediablemente. De cualquier
forma, mi estilo siempre intenta conjugar el fondo y la
forma, el compromiso y la exigencia técnica.
P.- ¿Quiénes han sido tus referencias literarias?
R.- Todos los poetas que se han exigido como persona y como
artista y que han buscado la belleza entre las personas y
las artes. Sea el caso de Vicente Aleixandre o Rubén Darío.
Para este último libro, habría que ampliar la lista con
poetas árabes tan desconocidos como Al-Mutanabbi, Adonis o
Darwish o esencialistas como Hölderlin, Rilke o Celan.
P.- ¿Qué te empuja a escribir?
R.- La obsesión y tristeza del hombre como hacedor del mal
ora instigado por otros, ora por sí mismo, junto al leit
motiv de la resignación y la esperanza en rebelión. El amor
y la belleza consciente de su creación y su artificio.
P.- En estos tiempos que corren, ¿qué temas son tus
preferidos?
R.- Si la poesía es un arma cargada de futuro debemos luchar
con ella contra cualquiera de los fundamentalismos que nos
atenaza y enmascara. Sería muy triste que el hombre fuera
sólo un lobo para el hombre, por no hablar de ese lobo
hombre y su impacto en la naturaleza. Cualquiera de estos
temas puede ser poetizable.
P.- ¿Sobre qué trata tu última obra?
R.- Sobre un viaje a Israel y Palestina en el año 2005 y
2006. Esta obra nunca será un Best-Seller porque no se
plantea como una democratización demagógica o una poesía al
gusto del lector.
P.- ¿Qué momento atraviesa la poesía actualmente?
R.- Nos encontramos con un perspectivismo múltiple y una
germinación sin parangones anteriores. Si bien, la poesía es
minoritaria ante el avance de la narrativa, el poema exige
del lector un compromiso y un esfuerzo que no todos estamos
dispuestos a dar en un mundo donde lo primario es la
velocidad: no queremos leer paladeando, sino devorar porque
mañana nos esperan nuevas novedades.
P.- ¿Cómo es el poeta del siglo XXI?
R.- Es una pregunta muy personal, depende de cada uno. En mi
caso, primero es el hombre como persona y, después, en un
plano muy secundario, el poeta. Si el hombre ha cumplido con
su deber ético, el poeta será un trasunto de ése hombre.
P.- ¿Y el próximo reto al que te enfrentarás?
R.- Conocerme a mí mismo y ser sensato, rezaba el friso del
templo de Apolo en Delfos, creo que con ese reto tendré para
toda la vida junto a la meta anterior. Sin olvidar que soy
profesor de secundaria y debo convencer a unos alumnos, que
pasan horas siendo bombardeados por el sistema, de que
comprar y competir no da la felicidad.
P.- ¿En qué estás trabajando ahora (literariamente)?
R.-En una tragicomedia lírica basada en el mundo posmoderno
en el que nos ha tocado vivir.
P.-¿Le interesa la poesía a los jóvenes de ahora?
R.- Depende de la educación que se les proporcione en casa y
en el colegio. Si se les apagara el televisor todos los días
una hora y los padres les leyeran un poema diario, como una
costumbre sana, o en el colegio se leyera sintiendo la
poesía, tendríamos la mayor generación lectora de poesía de
la historia. Pero, ¿qué padres están dispuestos después de
trabajar doce horas a perder el tiempo con esto?. ¿Qué
profesor con los nuevos planes de estudio potenciadores de
la lengua instrumental va a jugarse el futuro de sus alumnos
explicándoles poemas?. Estamos creando máquinas perfectas,
carentes de sentimientos.
P.- Me consta que le interesa la cuestión palestina, ¿qué
opinión tiene al respecto?
R.-Es una situación muy compleja que me ha llevado cinco
años de estudio y sufrimiento por lo que no puedo resumirla
en unas líneas. Sólo puedo señalar que mi opinión, y mejor
aún la de ellos –judíos, cristianos, árabes, europeos- ha
sido plasmada como el tema fundamental de Goethica y que he
intentado superar el maniqueísmo de buenos y malos para
intentar alcanzar la raíz del problema.
P.- ¿Qué podemos aportar los medios de comunicación para
construir un mundo más justo?
R.-Sólo haría falta posibilitar el acceso a los mismos por
parte de cualquier persona que hubiere en el mundo: que
todos pudiéramos leer y escribir –alguien estará pensando en
internet, pero no en quién lo posee en África, por ejemplo-,
pero a las fuerzas internacionales de presión que manejan
los hilos, sencillamente, no les interesa que pensemos. Los
medios de comunicación al estar subvencionados pública o
privadamente, tienen las manos atadas ¿o es que alguna
revista que publicita Chanel afirma en la página de al lado
el exterminio de árboles que conlleva su fragante y caro
aroma?
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