Frente a la permanente observancia de las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad del Estado y de los servicios de Inteligencia
del país, los movimientos que profesan un islamismo más
conservador y radical ganan espacio público en torno a las
siglas de una Unidad de Comunidades Islámicas de España
presidida por el sirio Riay Tatari, figura que en estos
momentos se vería seríamente debilitada ante el avance de
estos movimientos en el marco de esta organización de corte
nacional. Por su parte la penetración del Tabligh y de
Justicia y Caridad en Ceuta ya ha encontrado extensión en
Murcia y, ahora, en Melilla.
Bajo el paragüas -con conocimiento de ello o no- de la
organización a nivel nacional dirigida por el sirio nacido
en Damasco, Riay Tatary, la Unión de Comunidades Islámicas
de España (UCIDE), varios movimientos del islamismo radical
afianzan sus relaciones en diferentes puntos de la geografía
nacional ante la sóla observancia de los servicios de
información de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
y de también la simple actitud notarial pasiva de los
servicios secretos españoles que conforman la unidad de
Inteligencia adscrita al CNI.
Si bien los movimientos de organizaciones islámicas de corte
conservador (radical) se han ido instalando fundamentalmente
en el Pais Vasco, Cataluña, Madrid, Andalucía, Murcia, Ceuta
y Melilla, las que mayor preocupación, o al menos, las que
más interés despiertan a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado, es la ‘unión estratégica’ que se ha observado en
Ceuta, Murcia y, ahora en Melilla, del movimiento Tabligh
con el de Justicia y Espiritualidad (Justicia y Caridad
según la traducción) del jeque Yassine.
La rama de los nuevos tablighs norteafricanos encuentran
financiación desde Libia y se manifiesta de forma
abiertamente radical en su filosofía doctrinal islámica,
siendo una firme defensora de lo que denominan el ‘califato
global’.
Estos representantes de la Yama’a at Tabligh al-Da’wa en
Ceuta se han unido a personajes disfrazados bajo las siglas
de diferentes organizaciones, no son más que brazos
ejecutivos del movimiento islamista radical que dirige desde
Marruecos Abdeselam Yassine (el Jeque). La Inteligencia
española ya ha captado estas ‘uniones estratégicas’ no sólo
en Ceuta, también en Murcia y ahora se atisban movimientos
para hacer lo propio en Melilla.
Lo que para las Inteligencia española y las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado (también la Inteligencia
militar emite sus informes) son sólo movimientos a seguir
desde la observancia -en España no se puede actuar mientras
no se infrinjan las leyes actualmente existentes-, en
Marruecos estas organizaciones son directamente perseguidas
y verdadera causa de escozor en las relaciones
hispano-marroquíes.
Para Marruecos el Tabligh es una secta que se encuentra
perseguida y prohibida, así como la del movimiento Justicia
y Espiritualidad con un mensaje islamizador y radical hacia
el actual Islam moderado y amigo de occidente que se profesa
bajo la ‘comendatura de los creyentes’ de Mohamed VI.
Peligra Tatary
Pero de nuevo en España, la figura de Riay Tatari -hasta
ahora el más respetado interlocutor del mundo islámico ante
el gobierno español junto con el líder del otro movimiento
mayoritario, la FEERI-, es objeto de debilitamiento por
parte de las organizaciones radicales inscritas bajo el
paragüas de las siglas UCIDE (Tabligh, Hermanos Musulmanes,
Justicia y Espiritualidad).
El llamado ‘proselitismo eficaz’ del que hacen gala estos
movimientos tienden a captar adeptos para sus filas, así
como mantener confiados a las instituciones o, incluso
partidos políticos, que -por ingenuidad, desconocimiento o
torpeza- permiten el avance permanente de estas
organizaciones. Todas estas conquistas de poder, se están
produciendo en diferentes territorios mediante acciones que
aparentan ser una cosa, cuando en realidad buscan otros
objetivos menos confesables. El CNI ya ha avisado sobre
quién es quién. El objetivo final es la reislamización de
España y la recuperación de Al-Andalus.
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