Los otros días, vamos nosotros y
decimos, en nuestro periódico, que la mitad de la población
ceutí, llega don dificultades a final de mes. Quiero hace
constar, para evitar malos entendidos, que no se me ha
consultado nada sobre éste asunto. Al parecer, mis
compañeros creen que pertenezco a la otra mitad. Cuando la
realidad, no quiero engañar a nadie, no he sentido que
estábamos en crisis hasta hace quince días, por la sencilla
razón de que estoy en crisis desde que vine a este mundo
traidor. Ya me contarán, cómo voy a notar la crisis, si
siempre he estado en crisis.
Y como todo hay que decirlo, les explico por qué razón, me
enteré de que estábamos en crisis hace quince días. Me
trasladé a la Península por asuntos particulares, y un
amigo, de esos que uno tiene allende de nuestra tierra, o
sea al otro lado del estrecho, me invitó a tomar una copa en
un pub de esos, en el que las chicas bailan en “top less”. O
sea a pecho descubierto. Y mientras bailan hay costumbre, al
parecer, de que los clientes le van metiendo dinero en el
tanga.
Y fue, precisamente, en esos momentos donde me di
perfectamente cuenta de que España estaba en crisis. Los
clientes en vez de meterle, en el tanga, billetes de euros
les metían vale de descuento de Carrefur.
No es que el asunto de introducir, en el tanga de las
jóvenes, esos vales de descuento de un supermercado, me
llenase de satisfacción pero, al menos, me hizo ver que no
sólo era yo el que estaba en crisis, que había una jartá más
de personal.
Hombre no es ningún consuelo, pero algo es algo. Y ese algo
te lleva a dar cuenta de que, siempre, puede haber personas
con más crisis que tú. ¡Que ya es decir!.
Y encima me entero de que el presidente de la Ciudad
Autónoma de Ceuta, Juan Vivas, a pesar de haber sido
elegido, en una encuesta, como el más querido y mejor
alcalde de todo el Estado español, es el que menos gana. Hay
siglos en los que no estoy para nada. Desde mañana dejo de
leer los periódicos, escuchar la radio o ver la televisión.
Estas noticias de los boyaos, de los que estamos más seco
que un “volao” en tiempo de poniente fuerte, no me interesa
lo más mínimo, pues me llevan a pensar en los que mas ganan
y menos trabajan, algunos no dan un palo al agua, me cabreo
y me pongo a escribir cosas que no quiero hacer, dado que
estamos en navidad y, en estas fechas, quiero ser bueno.
Me conozco a personajes, que en un alarde de facultades, en
estos momentos de crisis, donde todos deberíamos apretarnos
el cinturón, y más ellos que deberían ser los primeros en
dar ejemplo, cada día le dan un puestecito bien renumerado,
consiguiendo llegar a fin de mes con todos los gastos
cubiertos y con dinero para guardar.
Menos mal que siempre les deberemos estar agradecidos, por
el enrome trabajo que hacen, por todos nosotros, para que,
cada día, vivamos mucho mejor.
Somos unos desagradecidos que no sabemos valorar todo los
esfuerzos que hacen por el personal. ¡País!
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