El patriarca de una de las familias de mayor abolengo de
Ceuta, Antonio Benítez, ha sido reconocido por el Gobierno
de la nación que, en el Consejo de Ministros de ayer viernes
le ha concedido la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo
después de haber sido propuesto por el delegado del
Gobierno, José Fernández Chacón.
El Consejo de Ministros ha acordado ayer viernes la
concesión de 32 Medallas de Oro al Mérito en el Trabajo,
galardón que tiene como objetivo premiar y destacar el
mérito de una conducta socialmente útil y ejemplar en el
desempeño de los deberes que impone el ejercicio de
cualquier trabajo, profesión o servicio.
Entre las personas distinguidas con este galardón se
encuentra el empresario Antonio Benítez Bautista, nacido en
Gaucín (Málaga), pero ceutí de adopción, que ha sido
premiado por una dilata trayectoria y dedicación permanente
al trabajo.
En esta edición 31 medallas han sido concedidas a título
individual a trabajadores pertenecientes a distintos
sectores de actividad: sanidad, educación, medios de
comunicación, espectáculo, política, sector agrario,
empresarial, etc. y la restante se otorga a la Organización
Internacional del Trabajo.
Antonio Benítez, a sus 89 años, fue propuesto a esta alta
condecoración por el Delegado del Gobierno en Ceuta, José
Fernández Chacón, al considerar que reúne en su persona
cualidades que le han hecho convertirse en un ejemplo de
superación personal. Es el prototipo de persona que se ha
hecho a sí misma, logrando que sus joyerías sean todo un
referente en la sociedad de Ceuta, empresa que es un negocio
familiar respetado y considerado por sus conciudadanos.
Hijo de una familia numerosa y humilde, Antonio Benítez (Gaucín,
Málaga 1921) llegó a la ciudad en los años 30. Pronto se vio
obligado a trabajar para ayudar a los suyos debido a la
enfermedad de su progenitor. Con apenas 18 años, el
galardonado comenzó a trabajar en la joyería La Esmeralda,
donde aprendió el oficio que más tarde fue su vocación.
Transcurridos unos años, Antonio Benítez y uno de sus
hermanos, Pepe, abrieron su primer negocio, un bazar, al que
siguió un pequeño taller de joyería que se convertiría con
el tiempo en el buque insignia de un negocio que, con los
años, se fue ampliando al mismo tiempo que incorporaba al
trabajo a hijos y sobrinos. En 1991 las descendientes del
propietario de la emblemática joyería La Esmeralda, creada
en 1932 y la que inició su vocación, venden este
establecimiento, que hoy en día siguen regentando Antonio y
sus hijos, convirtiéndola en un referente del comercio
ceutí.
A sus 89 años, y más de 75 años de trabajo ininterrumpidos,
Antonio Benítez sigue visitando asiduamente sus negocios,
hoy gestionados por sus hijos, que han heredado de su padre
la pasión por el trabajo bien hecho.
Recientemente, la Asamblea de Ceuta le ha concedido por
unanimidad la Medalla de la Autonomía, galardón que recibió
el pasado 2 de septiembre de 2008 donde, en las Murallas
Reales, el patriarca de los Benítez realizó un emocionado
discurso donde agradeció a Ceuta “a esta bendita tierra,
desconocida en muchos lugares de España, que me diera una
esposa y unos hijos que siempre me estimularon con su
comportamiento y ayuda. Quiero confesar -continuó- que sólo
tengo envidia de mis hijos y mis nietos porque tienen un
título que yo nunca podré tener, ser hijos de Ceuta. Un
título invisible, no lo hay parecido en ningún otro lugar de
España, que tiene un sentimiento tan profundo en mí que
daría todo lo que tengo por ser efectivamente hijo de
Ceuta”.
Antonio Benítez recibirá el galardón de manos del Ministro
en fecha por determinar.
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