El barrio de Camps Blancs,
antiguamente llamado de Cinco Rosas, pertenece al municipio
de Sant Boi de Llobregat, antes llamado San Baudilio de
Llobregat.
El barrio de Camps Blancs fue construido por el régimen
franquista a finales de los años 60 dentro de un plan de
absorción de los miles de españoles que emigraron a estas
tierras.
El barrio de Camps Blancs tiene actualmente unos 4.764
habitantes y fue unos de los barrios donde más ceutíes
pararon a vivir, de hecho aún quedan familias ceutíes y
descendientes de aquellos que ya no están con nosotros. Sant
Boi tenía en aquellos años de llegada de ceutíes, unos
19.968 habitantes, hoy en día tiene 81.668.
Yo mismo viví en ese barrio desde 1964 hasta 1970, mientras
mis padres continuaron hasta el final. Hoy en día la casa
donde viví, que vendimos a la muerte de mi madre, no es más
que un recuerdo.
Hoy en día, muchas de las casas -en realidad se compone de
edificaciones de 6 viviendas cada una, dos por piso- están
ocupadas por familias provinentes de los barrios marginales
de la Gran Barcelona (Casa Antúnez, Somorrostro, Montjuic,
El Polvorín, etc.), gente pobre y sin recursos económicos.
El 6,93% pertenece a la etnia gitana.
Ese 6,93% de habitantes del barrio no ha hecho más que crear
problemas y es una de las causas por la que se vendieran
rápidamente, por parte de ciudadanos más asentados en la
sociedad catalana, muchas de las casas.
En ese barrio, donde viví mientras jugaba en el C.F. Salcor-Santboià,
ha sido protagonista de batallas campales entre clanes
gitanos con saldos dignos de figurar en los anales del
crimen organizado.
Sin llegar a alcanzar las cotas que alcanzó el barrio de
Sant Cosme, en El Prat de Llobregat, donde los gitanos
representan el 30%, sigue teniendo referencias desastrosas
de convivencia.
Tenía que morir varias personas, de muerte violenta, para
que toda la suciedad social del barrio saliera a la luz. Un
barrio donde la droga circulaba con pavor.
Frente a Camps Blancs estaba, ¿está?, el Parque y Talleres
de Automovilismo donde destinaron a mi padre durante los
mismos años en que yo residí en el barrio. Luego mi padre
fue destinado al Gobierno Militar de Barcelona, en la
céntrica plaza de la Puerta de la Paz, frente por frente al
monumento a Cristóbal Colón.
En los terrenos del Parque teníamos nuestra primera vivienda
en Catalunya.
En ese grupo de pabellones militares me enamoré por primera
vez de una chica de Melilla, cuyo nombre no se me olvida:
Nati y que perdí de vista al marcharme para jugar en el C.D.
Riazor.
Fueron tiempos en el que las feromonas hicieron de las suyas
en medio de un ambiente hostil para el amor, por la
represión de los celosos guardianes de la ley franquista, sí
aquellos de uniformes grises.
Tal vez, si hubiera seguido residiendo en Sant Boi, hoy
estaría casado con Nati. El mundo da muchas vueltas…
Es agradable recordar, sin nostalgia, aquellos tiempos en
que vivimos. Unos tiempos que me dieron la oportunidad de
ver y tocar por primera vez la nieve en aquella gran nevada
de diciembre 1995 y que junto con Miguel Martínez, otro
ceutí y compañero de fútbol, recorrimos las estribaciones de
la montaña de San Ramón, estribaciones pobladas de pinos y
encinares, con recodos que formaban valles, llanuras y
lomas… todo eso quedó transformado en el barrio Cinco Rosas,
hoy Camps Blancs.
La urbanización franquista, construyó las casas el antiguo
Ministerio de la Vivienda, aquel que tenía como símbolo el
yugo y las flechas, y que por cierto las construyeron tan
mal que se caían a pedazos, destrozó un entorno natural
maravilloso para dar paso a un engendro horroroso.
Hoy sólo es un recuerdo.
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