El 15 de mayo del año que aún
rige, viernes por más señas, escribí una columna dedicada a
Carlos Orúe, entrenador de la Asociación Deportiva
Ceuta. De la que voy a entresacar varios párrafos, porque
cobran vigencia en los momentos que está viviendo el equipo
y, como no podía ser menos, su entrenador.
“Carlos Orúe es un hombre que se aburre mucho. Así que no
sólo se aburre de vivir en Ceuta, sino que también le
aburren los secretarios técnicos. O bien le producen tedio
los que contrata la ADC. A los hechos me remito: al técnico
jerezano le faltó tiempo para salir corriendo cuando fueron
requeridos los servicios de José Enrique Díaz. Y
ahora, en cuanto se ha anunciado la contratación de
Fernando Abad –madrileño castizo- como secretario
técnico, ha torcido el gesto y ha mostrado ya su
disconformidad. Más o menos ha aireado que en su
contratación no tiene que intervenir nadie. Que él, Orúe,
sólo se entenderá con los directivos.
Respuesta que evidencia la poca simpatía que Orúe le tiene
al tal Abad. De modo que al primer tapón, zurrapa. Vamos,
que la cosa no ha podido comenzar peor. Y, claro, el
madrileño castizo ha tenido que tragarse el primer sapo.
Pero no crean que hombres como Abad perdonan. En absoluto. Y
día llegará, si la cosa no funciona, en que Orúe pague con
creces su desaire al nuevo empleado del club. ¿Cómo será...?
Pues en forma de campaña negativa. Que suele hacerse
disimuladamente, o sea, a escondidas. Y la directiva, que
ahora está en Babia, dirá entonces que conviene sacrificar a
una de las partes.
Y si le toca perder a Orúe, no sería extraño que Abad se
sacara un as de la manga: la contratación de Pedro Pablo
Braojos. Si éste estuviera sin equipo. Porque el
secretario técnico, madrileño castizo, confía ciegamente en
este entrenador. Así como suena”. Aquí finalizan los
párrafos escritos en el mes de mayo.
Pues bien, el tiempo nos ha dado la razón. De momento, ya
hemos leído las manifestaciones de Felipe Escane,
presidente del club. Carentes de originalidad. Como todas
las manifestaciones que hacen algunos directivos cuando
tratan de negar que el entrenador cuenta con todas las
papeletas para que le toque el despido. Aunque tampoco se
cortan lo más mínimo en decir lo contrario: todo depende de
que no se gane el próximo partido o demos una mala imagen.
Y a partir de ahí no dudan en resaltar la calidad de la
plantilla y hasta si es preciso mentir –como en este caso-,
al decir Escane lo siguiente: “Nuestro presupuesto es el
quinto o sexto del grupo”. Si bien inmediatamente asegura
que a pesar de lo dicho la plantilla tiene mimbres
suficientes para “pelear por el play off de ascenso y con el
topoderoso Granada”.
La realidad es otra. La Segunda División B, al menos el
grupo IV, no deja de ser una Tercera División mejorada. Y
Orúe, hasta el momento, no ha sabido aleccionar a sus
jugadores, muy bien pagados por cierto, para que puedan
salir airosos frente a rivales que suelen usar, por su
modestia y por las de los escenarios donde juegan, el fútbol
directo y los marcajes acérrimos. Y Abad, que estaba
agazapado, en cuanto se han producido varios desastres, ha
empezado a convencer a los directivos de que Braojos haría
virguerías con la plantilla actual. Y a esperar... Pero
estaba cantado que se podía dar semejante situación. Y así
lo dijimos en mayo.
|