El ministro de Educación, Ángel Gabilondo; el secretario
general de UGT, Cándido Méndez; y el presidente de Aragón,
Marcelino Iglesias; respaldaron ayer en Zaragoza con su
presencia los objetivos y principios que han inspirado las I
Jornadas de Ciudadanía Intercultural y Educación, que se
clausuraron con la presentación pública del Libro Blanco de
la Educación Intercultural, un proyecto impulsado por FETE-UGT
que incluye tres propuestas dirigidas específicamente a
Ceuta que firman el profesor titular en la Facultad de
Humanidades de la UGR en Ceuta Fernando Trujillo y la
doctora en Filología y asesora del CPR Verónica Rivera.
El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, consagró ayer en
Zaragoza, donde se celebró la clausura de las I Jornadas de
Ciudadanía Intercultural y Educación organizadas por la
Federación de Trabajadores de la Enseñanza de la Unión
General de Trabajadores (FETE-UGT), su convicción de que es
“clave” encontrar, también dentro del sistema educativo,
“una oportunidad de crecimiento” en la diferencia y una
“riqueza extraordinaria” en la interculturalidad, ya que
permite a la ciudadanía “compartir otras formas de vida y
otros valores”.
El ministro, al que acompañaron en el Centro de Formación
Arsenio Jimeno, donde tuvo lugar el evento, el presidente de
Aragón, Marcelino Iglesias; y el secretario general de UGT,
Cándido Méndez; apostó por una educación “inclusiva, que
asuma la diferencia y que la vea como una riqueza y una
oportunidad”.
Con sus palabras bendijo los objetivos prioritarios de las
jornadas, pergeñadas con el propósito de “analizar cuáles
son las respuestas de la educación, desde la perspectiva
intercultural, para la formación de ciudadanos” y de
“reflexionar y definir” un modelo educativo intercultural
“que responda a los criterios de calidad, éxito escolar e
igualdad de oportunidades”.
El ciclo culminó con la presentación del Libro Blanco de la
Educación Intercultural, una publicación con cerca de 300
páginas que mira de frente a lo que Gabilondo describió como
“la nueva realidad española”, en la que el 12% de la
población es extranjera, el 8% de los niños son nacidos en
otros países y el 7% de los cotizantes a la Seguridad Social
son trabajadores extracomunitarios.
“Se debe asegurar la igualdad de trato y el acceso al
sistema educativo”, subrayó el ministro, que para lograrlo
se comprometió a mejorar la financiación del sistema,
incrementar los recursos al servicio del profesorado y
mejorar sus retribuciones, reducir el número de alumnos en
las aulas y considerar la Educación Infantil como un
elemento decisivo “para una integración desde la igualdad”.
Este Libro Blanco, como todos los de su naturaleza, aspira a
servir de guía sobre qué respuestas ofrecer “para la gestión
y organización de centros educativos desde la perspectiva
intercultural” desde múltiples perspectivas: la de las
políticas institucionales, la de la formación del colectivo
docente, la de las comunidades educativas, la de los centros
y hasta la de las aulas.
De entre sus 45 propuestas concretas, elaboradas por
especialistas de toda España, tres están dirigidas
específicamente a Ceuta y, por extensión, a la ciudad
autónoma de Melilla. Sus autores son el profesor titular del
departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la
Facultad de Educación y Humanidades la UGR en Ceuta,
Fernando Trujillo, que firma la titulada ‘Diseñar una
política de educación lingüística plurilingüe para las
ciudades autónomas’; y la doctora en Filología por la
Universidad de Sevilla Verónica Rivera, asesora en materia
de gestión de la diversidad cultural, social y lingüística
como en el CPR local.
Esta última plantea ‘Crear la figura del mediador o
mediadora lingüístico en los centros escolares de
titularidad pública en Ceuta’ y ‘Abordar la enseñanza de la
lengua española en Ceuta como una segunda o nueva lengua en
los niveles iniciales de la escolarización obligatoria’.
Política plurilingüe
“España es un país multilingüe”, dice Trujillo para
justificar su propuesta, “pero de manera especial en Ceuta y
Melilla, punto de encuentro para el castellano y el dariya y
el tamazight, respectivamente, además de muchas otras
lenguas provenientes de las nuevas migraciones europeas,
africanas y asiáticas”.
Sin embargo, las aulas son monolingües, mucho más en las dos
ciudades, que “no tienen una política de educación
lingüística a pesar de que esta pueda ser especialmente
importante dada la peculiar localización de ambas ciudades
autónomas y su configuración sociolingüística”.
De que sea factible “un desarrollo ordenado de la educación
lingüística que permitiera a sus estudiantes una amplia
competencia tanto en la lengua de la escuela, en las lenguas
extranjeras y en su propia lengua materna” depende, según el
autor, “la mejora de los resultados escolares, la formación
para el trabajo, la incorporación activa a la vida ciudadana
o la construcción de una convivencia equilibrada en derechos
y deberes”. Casi nada.
Para lograrlo propone “partir de los principios de inclusión
y de atención a la diversidad para el diseño de una política
de educación lingüíística plurilingüe”; potenciar la
formación inicial y permanente del profesorado local “en
competencia comunicativa plurilingüe, considerando el
objetivo del dominio de la lengua de la escuela, una lengua
extranjera y la lengua de sus estudiantes, sea esta dariya o
tamazight” y “en metodologías de enseñanza de idiomas
actualizadas”. Igualmente, Trujillo apuesta por “incorporar
a los centros educativos de Ceuta y Melilla personal de
apoyo que permita tanto una enseñanza de lenguas más
efectiva como conectar con el alumnado y sus familias en el
caso de que no conozcan la lengua de la escuela”.
Mediadores lingüÍsticos
En la primera de sus dos propuestas incluidas en el Libro
Blanco Verónica Rivera profundiza más en el perfil de ese
“personal de apoyo”. La doctora en Filología apuesta por los
“mediadores lingüísticos”, que según su planteamiento
desempeñarían una doble función: la “puramente lingüística”;
otra “orientadora sobre cuestiones tan variadas como el
modelo educativo, las inscripciones, la información sobre
becas y ayudas o la elaboración de tareas y materiales
didácticos” y una tercera “psico-social” cerca de los
Departamentos de Orientación y enfocada a “la participación
en actividades de dinamizacion sociocultural e
intercultural, la información/formación al profesorado sobre
elementos paralingüísticos propios de la cultura musulmana o
la participación activa dentro de programas comunitarios”.
“Aproximadamente el 70% de los alumnos que inician su
andadura escolar en Ceuta posee una lengua materna, el árabe
ceutí, distinta al castellano, que es la de instrucción”,
recuerda Rivera en su exposición de motivos, donde advierte
de que “la proporción de alumnos y familias que desconocen
totalmente la lengua española al acceder a la Educación
Infantil y Primaria va en aumento”.
“Los mediadores no sólo cumplen una función traductora,
puesto que son el puente entre dos formas distintas de ver
la vida y contribuyen a fomentar la cohesión social”,
considera la especialista, a la que tanto Gabilondo como
Méndez secundaron en sus posiciones durante sus
intervenciones ante los medios en lo que a la mediación y
las comunidades de aprendizaje se refiere.
Español, nueva lengua
“En los centros públicos ceutíes existe un alto índice de
fracaso escolar o abandono escolar temprano, de ahí la
necesidad de estos alumnos de recibir una enseñanza
motivadora basada en un enfoque comunicativo y por tareas,
más que uno de corte estructuralista, que es el que
tradicionalmente se utiliza en las escuelas ceutíes”,
diagnostica Rivera en su segunda propuesta, en la que
plantea alternativas para hacer frente al acceso al
castellano de los arabófonos, “tan precipitado como
traumático” tanto para los docentes como para los alumnos,
“en parte por la escasa formación y concienciación del
profesorado en la enseñanza del español como segunda o n
ueva lengua” que se registra en Ceuta.
Por ello la filóloga aboga por formar al profesorado en la
enseñanza del español como segunda lengua, fomentar la
introducción de materiales didácticos de ese tipo y
“eliminar ciertos estereotipos que existen en la actualidad
sobre la relación entre lengua materna árabe ceutí y
hándicap escolar”.
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