Desde el año 1997, coincidiendo con el día 3 de diciembre,
el Comité Español de Representantes de Personas con
Discapacidad (CERMI), la plataforma asociativa unitaria de
representación, acción y defensa de las mujeres y hombres
con discapacidad y sus familias en España, se une a las
Naciones Unidas (ONU) y al Foro Europeo de las Discapacidad
(EDF), para celebrar el Día Internacional y Europeo de las
Personas con Discapacidad, promovido por las ONU desde 1992.
Con este motivo, los ciudadanos y ciudadanas con
discapacidad y sus familias recuerdan y reclaman a los
poderes públicos y a la sociedad en su conjunto la necesidad
de adoptar medidas transformadoras que garanticen la
igualdad de trato y oportunidades y acaben con las
discriminaciones de toda índole que todavía sufre este grupo
social.
Con el propósito de celebrar el 3 de diciembre de 2009 con
una especial consideración hacia la crisis económica y sus
efectos, el movimiento social de la discapacidad articulado
en torno al CERMI Estatal hace público el siguiente
MANIFIESTO
• La discapacidad constituye un factor muchas veces
determinante de pobreza y exclusión social. La realidad nos
muestra que las mujeres y hombres con discapacidad, y sus
familias, conforman un grupo vulnerable, en riesgo cierto de
exclusión, que precisa por tanto de legislación y de
políticas activas y enérgicas que promuevan su inclusión y
plena equiparación sociales. Los datos disponibles revelan
que al hablar de personas con discapacidad la cifra de
pobreza relativa se eleva de manera considerable en relación
con la media general de pobreza del país de que se trate.
• Es un hecho que las personas con discapacidad y sus
familias son un grupo social con especial riesgo de sufrir
los efectos de una situación económica tan adversa como la
actual. Los datos y cifras más recientes nos indican que el
sector de la discapacidad se está viendo afectado por la
crisis económica de manera más negativa que el resto de la
población. Diversos estudios muestran el sobrecoste
económico de la discapacidad, ocasionado por la necesidad
que tienen las personas con discapacidad y sus familias de
afrontar gastos en bienes y servicios de apoyo
indispensables para mantener una vida digna con un esfuerzo
mayor que el que dedican las personas y familias sin
discapacidad. El impacto de una crisis económica general,
con lo que supone de pérdida de capacidad adquisitiva,
repercute de modo negativo en este grupo social, que parte
de una situación de desventaja.
• En lo que se refiere al empleo, las personas con
discapacidad tardan más en sentir los efectos de la
expansión económica, y son las primeras en sufrir las
consecuencias del deterioro del empleo, viéndose expulsadas
y accediendo en menor medida al mercado laboral. La crisis
económica actual está perjudicando de manera muy
significativa al empleo protegido y, en general, a las
empresas de iniciativa social, dos vías de enorme relevancia
en la inserción laboral de las personas con discapacidad.
• No contar con la discapacidad, no contar con esa parte de
la diversidad humana, personal y social, es dar la espalda
al talento, a la creatividad, al ingenio y a la singularidad
de miles de mujeres y hombres. Sería negarse a aceptar el
enriquecimiento que significa incorporar a una parte muy
valiosa de la sociedad. Las autoridades, empresas, los
agentes y operadores que no sepan ver esto, demuestran una
gran torpeza y no resultarían dignos de la confianza que ha
puesto en ellos el conjunto de la sociedad. Las personas con
discapacidad encierran un enorme potencial que solomente
aguarda a verse liberado de los restricciones que les impone
un entorno reticente y, en ocasiones, adverso.
Por todo ello:
1.- El CERMI recuerda que el acceso regular al mercado de
trabajo es una vía privilegiada de inclusión social, ya que
sin empleo, las personas con discapacidad se sitúan en
peligrosas posiciones de marginación y exclusión sociales,
ven limitada su autonomía personal y comprometido su derecho
a la inclusión y a la vida en comunidad. En este sentido, el
CERMI hace un llamamiento para que se apliquen las medidas
sugeridas por la discapacidad organizada a modo de plan
urgente de choque contra la progresiva destrucción de empleo
y el menor acceso de las personas con discapacidad a un bien
básico como el del trabajo.
2.- El CERMI insta a los poderes públicos, encabezados por
el Gobierno de España, a aplicar de manera urgente las
medidas planteadas desde la discapacidad organizada,
destinadas prioritariamente a mantener los niveles de empleo
para personas con discapacidad previos a la crisis, evitando
los efectos de la situación económica en cuanto a
destrucción y deterioro del empleo, con especial atención a
los puestos de trabajo generados por las empresas y
proyectos de iniciativa social.
3.- El CERMI recuerda a las Administraciones que la
contratación pública socialmente responsable favorece la
inclusión social, a través de la adquisición de bienes y
servicios. Por ello, las administraciones públicas deben
potenciar la dimensión social en la contratación, incluyendo
de oficio cláusulas sociales en todas las licitaciones
públicas.
4.- El tejido social organizado en torno al CERMI Estatal
pide enérgicamente que se tenga presente el agravio
económico al que se ve sometido esta parte de la ciudadanía
–a título individual y familiar– desencadenado por el
sobrecoste en el acceso a bienes y servicios de apoyo por
causa de discapacidad. Es importante tener en cuenta que la
necesidad de abordar la discapacidad como un factor
potenciador de la pobreza económica no es únicamente una
cuestión de justicia social. Acabar con esta pobreza
significaría que más personas con discapacidad podrían
incorporarse a una vida activa. Especial consideración deben
tener las familias que necesitan medidas específicas en
tanto que red que comparte la situación de discapacidad de
alguno de sus integrantes y, al mismo tiempo, como principal
suministrador de apoyo a estas personas.
5.- Ante las medidas propuestas desde las instancias
públicas para paliar la grave crisis que afecta a nuestro
país, debe tenerse presente que los nuevos recursos
habilitados por las Administraciones han de dedicarse a
promover la cohesión social y el fomento de un entorno
inclusivo con un sector ciudadano como el de la
discapacidad, en situación de vulnerabilidad. La cohesión
social no es un mero resultado del desarrollo económico,
sino que contribuye decisivamente al mismo..
6.- La situación de múltiple discriminación y mayor
vulnerabilidad en la que viven algunas personas con
discapacidad, como por ejemplo las mujeres, las niñas y
niños o los jóvenes con discapacidad, debe ser tenida en
cuenta especialmente en todas las medidas que se apliquen
para combatir la crisis, ya que produce una mayor exposición
a sus efectos negativos. En este sentido, las mujeres con
discapacidad son quienes presentan una mayor sensibilidad a
las consecuencias adversas de la crisis, como demuestran los
datos existentes. Por ello, el CERMI Estatal reitera su
petición de recursos y apoyos suficientes y sostenidos que
permitan a las mujeres con discapacidad ser autónomas
económicamente y llevar una vida independiente, así como la
inclusión de indicadores de impacto de género y pobreza en
las políticas sociales que se desarrollen tanto en el plano
estatal como en el autonómico. Igualmente, el CERMI Estatal
reitera que estos recursos y apoyos se acentúen en el caso
de las mujeres que asumen individualmente la tarea de
asistencia y apoyo a personas con discapacidad, ya que todos
los estudios destacan el fuerte impacto de exclusión social
y pobreza que conlleva esta situación.
7.- El CERMI Estatal hace un llamamiento a los responsables
políticos sobre la importancia del sistema de Seguridad
Social como instrumento de política social dirigido a
contribuir a la plena inclusión de las personas con
discapacidad y sus familias, por lo que instamos a tener en
consideración las necesidades del sector a la hora de
renovar el Pacto de Toledo, que marcará las grandes
directrices del sistema de Seguridad Social para los
próximos años.
8.- En épocas de crisis, y con este pretexto, no resulta
admisible la reducción de las inversiones sociales por parte
de los poderes públicos. España sigue estando muy lejos de
la media de inversión social/ciudadano de la Unión Europea,
por lo que no cabe rebajar las partidas dedicadas a estos
fines. El CERMI Estatal recuerda al Estado y a las
Comunidades Autónomas que no deben reducirse las dotaciones
presupuestarias destinadas a las políticas de discapacidad,
en beneficio de los fondos presupuestados para el despliegue
de la Ley 39/2006 y del Sistema para la Autonomía Atención a
la Dependencia, y que deben promover justa y
equilibradamente la atención a la dependencia y la autonomía
personal, por una parte, y a la discapacidad, por otra, para
no agravar la crisis del sector.
Las políticas públicas de discapacidad no solo han de
mantenerse sino que han de intensificarse, teniendo como
marco de referencia el constituido por la Convención
Internacional sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad de 13 de diciembre de 2006 y, en particular,
han de dirigirse a hacer efectivo el derecho a vivir de
forma independiente y a ser incluido en la comunidad,
proclamado en su artículo 19.
9.- Ante la próxima tramitación de la Ley sobre Economía
Sostenible, que prepara el Gobierno de España, el CERMI
Estatal insiste en las propuestas realizadas al respecto por
la discapacidad organizada, dirigidas entre otros aspectos a
lograr el reconocimiento jurídico y político de la potencia
creadora de riqueza y empleo de la economía social.
Recuerda, asimismo, el importante papel del tercer sector no
lucrativo en épocas de declive económico como la actual.
10.- A las puertas del Año Europeo contra la Pobreza, 2010,
y teniendo en cuenta los Objetivos de Desarrollo del Milenio
proclamados por Naciones Unidas, la discapacidad organizada
desea hacer un llamamiento para que las soluciones globales
a la crisis tengan en cuenta las políticas inclusivas, que
son palanca de relanzamiento del desarrollo social y la
reactivación económica. El reconocimiento de la diversidad
como valor en sí mismo se presenta como un elemento
fundamental para construir una sociedad abierta a la
inclusión de todas las personas que la conforman.
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