¿Qué les parece la huelga de
hambre de la saharaoui Aminatou Haidar en un aeropuerto
español en plan presionar a las autoridades para la ficticia
causa del “Sáhara Libre” o algo por el estilo? A servidora
de ustedes, testigo directo de las calamidades que está
pasando la clase trabajadora de mi barriada y notaria
cualificada de que, en la realidad española un joven
preparado no es más que un futuro pre-parado, estas
pamplinas mediáticas me llenan de indignación. Y me humilla
el que, cualquier extranjero, se sienta con el derecho a
venir a liarla a nuestro hambriento país y que, encima, la
Izquierda-Progre Tradicional, los eternos subvencionados, se
apresuren a organizar “el concierto” a favor del Sáhara.
Cuando los dineros que se recauden podrían ser repartidos
entre los cientos de jubilados y de parados que, cada noche,
escarban en las basuras de los contenedores de los
supermercados para poder llevarse algo a la boca.
Infame país de pamplinas, pamplinosos y pamplineros. De
demagogos baratos y de mamarrachos que maman de la res
pública y se muestran ávidos por apoyar al primer majadero
que venga a armar el show mediático y a llevarse de paso
unos eurillos “solidarios”. Pero es que, su amiga, en lo más
hondo de las honduras, esa izquierda progre chupóptera es
muy anti-marroquí, no lo manifiestan de forma directa porque
les da susto que les llamen “racistas”, “xenófobos” o
cualquier estupidez de la palabrería ñoña y pija de lo
políticamente correcto. De hecho, cuando el artisteo tipo
Pedro Almodóvar, la omnipresente Pilar Bardem y demás jarca
izquierdosa, tiene ocasión de ofender a Marruecos apoyando a
los saharaouis en sus veleidades independentistas, la cazan
al vuelo. Porque, sencillamente, se comen los mocos de
envidia ante el prestigio y la clase de la monarquía
alaouita, ante los cojones de Mohamed VI, ante el potencial
de mi tierra como meca turística, porque allí no hay que
poner carteles en los lugares clave para avisar de ladrones
y carteristas rumanos y reina la seguridad y les puede la
increíble majestuosidad de la Princesa Salma, preciosa,
elegante, discretísima, profesional, con un pasado
transparente y la primera dama con más glamour del mundo. Ni
la Obamesa de Obama, ni la linda Carla Bruni, ni la
impecable Rania, donde se ponga Salma no hay color.
¿Y por qué los saharaouis prefieren una insegura
independencia a la tranquilidad de pertenecer a una nación
consolidada, la más occidental de Africa como es Marruecos?
Pues, lógicamente por los dineros, porque esos tipos y la
Haidar de la huelga de hambre con pancarta, sueñan con
construir un estado propio con sus subvenciones a repartir,
sus ayudas internacionales a destrozar, sus dinerillos de la
cooperación al desarrollo para ponerse buenos sueldos y
subsistir a base de esa cooperación internacional que
consiste en quitarles los dineros a los pobres de los países
ricos para dárselos a los ricos de los países pobres. Ellos
apuntalan malamente una especie de estado prefabricado y los
pobres currantes occidentales, les financian el experimento
y un poco mierda de paso para ellos.
Pamplinosidades del inefable Moratinos mendigando que la
activista saharaoui “acepte” la nacionalidad española ¿Y por
qué cojones van a hacer española a esa tía? Si se la dan yo
pongo una denuncia. Porque la nacionalidad no “se regala” ni
se frivoliza indignamente con algo tan serio, tan digno y
tan hermoso como es el ser español, con la carga de
principios, valores, historia, raíces y memoria colectiva
que eso conlleva. ¿A qué grado de pamplinería, de indigencia
moral hemos llegado como para permitir que una tipa envuelta
en una sábana eche un pulso a España y a Marruecos?. Yo, el
amañado conflicto, los circos de la progresía lacrimosa, los
eurillos que se estarán escapando y demás pamplinas, me
ofrezco a arreglarlos en quince minutos. Tan solo tienen que
pagarnos el avión a tres corraloneras de la barriada de El
Palo, nos alargamos adonde la de la sábana, la agarramos por
los pelos y la embarcamos en el primer avión que salga para
Tegucigalpa o para la madre que parió a Peneque. Y allí que
vaya y que la líe. Y que se ponga a arrastrar cubos para
autofinanciarse las pamplinas o a recoger coles. Si no
quiere comer que no coma, pero que, del sudor de los
españoles, no chupe ni una gominola, que no lo vamos a
permitir,por muy pamplineros y mangurrinos que sean nuestros
gobernantes.
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