Si la negociación por la renovación del convenio colectivo
entre el Comité de empresa de la planta desaladora y la
empresa que la gestiona, Cadagua, no llega a buen puerto,
con o sin mediación de la Ciudad, los trabajadores
desarrollarán una huelga indefinida a partir del próximo 10
de diciembre, anunció ayer CCOO.
Tanto la portavoz del Gobierno ceutí, Yolanda Bel, en rueda
de prensa; como el consejero de Hacienda, Francisco Márquez,
en declaraciones a este periódico, dejaron ayer bien claro
que la Ciudad no piensa poner ni un euro para que Cadagua y
su plantilla lleguen a un acuerdo sobre su próximo convenio
colectivo pese a la convocatoria de una huelga indefinida a
partir del jueves de la próxima semana que ayer anunció el
sindicato Comisiones Obreras. Entre otras cosas porque tal
decisión “sería ilegal”, apuntó Márquez.
A preguntas de los periodistas Bel recordó tras la reunión
semanal ordinaria del Consejo de Gobierno que lo más que
está dispuesta a hacer la Administración local en este
conflicto es ejercer de “mediadora”.
Sobre lo que sí se mostró inflexible es sobre la rigidez que
aplicará el Ejecutivo a la hora de “garantizar” que
cualquier medida de presión que decidan llevar adelante los
empleados no afecte al ciudadano, que según recordó “no
tiene la culpa de nada”.
En ese sentido justificó los servicios mínimos establecidos
que fueron criticados agriamente por Comisiones Obreras como
desmesurados. A su vez, ella deslizó que la plantilla está
siendo “inflexible”.
La consejera no quiso dar detalles sobre hasta dónde llega
su conocimiento de las negociaciones entre una parte y otra,
pero sí mencionó que Cadagua ha hecho “hasta dos y tres
ofertas” a sus trabajadores para alcanzar un acuerdo
definitivo sobre cuánto deben medrar sus retribuciones y
pareció lamentar que ninguno de sus ofrecimientos haya
servido para alcanzar un pacto.
“Todos deben ceder”
“Los trabajadores están en su derecho de ir a la huelga,
pero para llegar a un acuerdo todas las partes deben ser
flexibles y parece que la plantilla no ha aceptado hasta
ahora ninguna de las propuestas de la empresa”, indicó antes
de reiterar que el de la desalinizadora es un servicio
“básico y fundamental” que no puede ver repercutido su
rendimiento.
Sobre su presunto enfrentamiento con Márquez la portavoz
aludió a la doble faceta, política y sindical, de Aróstegui
como origen último de sus declaraciones para intentar
“dividir” al PP “con las elecciones en el horizonte”.
“Quedan 18 meses para los próximos comicios y parece que
algunos se están apuntando a la máxima de ‘divide y
vencerás’, porque aquí todo el mundo quiere ser presidente
de la Ciudad”, ironizó la consejera sobre el líder de
Comisiones Obreras, también secretario de Política
Autonómica del PSPC. “Nosotros no vamos a caer en esas
estrategias”, desdeñó entrar en batallas dialécticas la
titular de Medio Ambiente. “No se entera de la película”, se
limitó a replicar Márquez al secretario general de CCOO..
|
Aróstegui pide al presidente Vivas que medie en el conflicto
“Pido públicamente al presidente
de la ciudad que termine con esta cacería. No sabemos porqué
motivo el gobierno de la ciudad se dedica a sacrificar a sus
miembros de una manera tan extraña y maquiavélica. Estas
disputas internas que se saldan con actuaciones perversas
están perjudicando a muchas personas y a los intereses de
esta ciudad”, aseguró el líder sindical.
Aróstegui recordó también que llevan ocho meses negociando
este convenio colectivo en el que hay una diferencia del
0,6% y que “parece lamentable llegar a una huelga por esta
cantidad. Desde la consejería de Hacienda se esté
maniobrando en el sentido negativo para evitar esta subida y
que perjudique a Yolanda Bel, esto nos parece deporable.
Insisto en que los trabajadores están cargados de razón”.
|