La fiscal pide ayer 6 años de prisión y una indemnización de
14.800 euros para dos hombres imputados por un presunto
delito de lesiones producido en noviembre de 2006. Según el
denunciante, que no compareció ante la Audiencia Provincial
al encontrarse detenido en la prisión de Kenitra, los
acusados le golpearon con un bate de béisbol mientras estos
mantuvieron el no haber estado en el lugar de los hechos.
Dos hombres se sentaron ayer en el banquillo de los acusados
de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en
Ceuta imputados por un presunto delito de lesiones que tuvo
sus orígenes en noviembre de 2006.
Por tales hechos, la representante del Ministerio Fiscal en
la ciudad solicita seis años de prisión y 14.800 euros en
concepto de indemnización para cada uno de los procesados
mientras que los abogados de la defensa solicitan la
absolución aunque el juicio tuvo que ser suspendido por la
falta de la principal prueba de cargo, la declaración del
denunciante, que no compareció ante los magistrados de la
sala al encontrarse detenido en la prisión de Kenitra, en
Marruecos.
Los hechos enjuiciados se produjeron en noviembre de 2006,
concretamente un domingo en la parte trasera de la antigua
estación de ferrocarriles. Según consta en las declaraciones
iniciales del supuesto afectado, los dos imputados le
golpearon la cara con un bate de béisbol, produciéndole una
cicatriz extendida desde la patilla de la oreja hasta la
comisura de la boca, y que tuvo que ser atendida en el
hospital del INGESA. Un día después, el presunto perjudicado
ampliaba su denuncia incluyendo que le habían intentado
robar su reloj, un Rolex modelo ‘President’ valorado en
14.800 euros. “Me quedé tres horas sin conciencia y no había
testigos porque la zona no es muy transitada. Me agarraron,
me tiraron violentamente de la mano y me quitaron el reloj”,
constaba en la toma de declaraciones iniciales de 2006.
Por su parte, uno de los imputados pudo demostrar que no se
encontraba en Ceuta en dicha zona, aquel día y a tal hora
presentando un billete del barco hacia Algeciras. El otro
imputado, en su defensa, también aseguró que en el momento
de los hechos se encontraba en su vivienda.
En calidad de testigos, declararon ante el tribunal de la
sala el médico forense, el cual acreditó la deformidad
presentada en el rostro del denunciante y por ello la
gravedad de la imputación; y la médico del hospital del
INGESA, que aseguró no acordarse de los hechos al haber
pasado más de tres años y estar ahora desplazada a otro
centro médico en Granada.
Clave fue la testifical de uno de los agentes de la policía,
que con posterioridad al día de los hechos, dijo haber visto
en la muñeca del denunciante “un reloj muy ostentoso”. Pese
a ello, la indagación policial quedó patente ya que las
diligencias previas constan de 2006 y el sumario de la causa
de 2009, sin más pruebas o datos aportadas al caso.
Y es que según relataron fuentes de la defensa, el
denunciante había pedido dinero con anterioridad a los
acusados y estos se habían negado.
Dato que el supuesto perjudicado no pudo esclarecer ya que
no asistió al juicio, que quedó suspendido para una sesión
posterior a petición de la representante del Ministerios
Fiscal, siguiendo los cauces recogidos en el artículo 746 de
la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
|