La tranquilidad y rutina de todos los días en la Plaza de
España se vio alterada ayer en torno a las diez de la
mañana, cuando un hombre subido a un elevador de carga -o
‘torito’-, con el que llevaba en volandas el coche de su
jefe, se situó delante del Palacio de la Asamblea amenazando
con quemarse a lo bonzo. El requisito para no prenderse
fuego era que el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José
Imbroda, bajara de su despacho para leer una carta que le
había escrito para relatarle su problema tras ser despedido
de Endesa, donde llevaba trabajando treinta años.
El hombre, que sufría un evidente ataque de ansiedad,
llevaba colgadas del cuello dos garrafas llenas de gasolina,
que se echó encima delante de todos los viandantes que
pasaban expectantes y sorprendidos por el Ayuntamiento en
ese momento. También llevaba un mechero en la mano derecha,
que tenía puesto bajo las garrafas y preparado para ser
encendido con un simple movimiento del dedo pulgar.
Inmediatamente, un policía local veterano que se encontraba
en el Palacio de la Asamblea se acercó a él e intentó
convencerlo para que no se prendiera fuego. Otros tres
agentes hicieron lo mismo mientras bajaba el presidente
Imbroda y llegaban más dotaciones de la Policía Local y los
Bomberos, que rápidamente tomaron la Plaza de España y la
cortaron al tráfico en un impresionante despliegue.
Todo ocurrió en cuestión de unos tres minutos. Imbroda llegó
acompañado de varias personas de su equipo de confianza, con
la carta en la mano, y pidiendo al hombre que se
tranquilizara, mientras éste gritaba que en Endesa “me están
maltratando” y lo echaban “por una contrata” tras dar “miles
de horas extraordinarias”.
En poco tiempo, mientras Imbroda intentaba convencerlo para
que depusiera en su intento de prenderse fuego, uno de los
policías aprovechó un descuido de este hombre para
arrebatarle el mechero, acción en la que el agente se rompió
un dedo por la resistencia que encontró. No obstante, entre
todos consiguieron hacerlo bajar del ‘torito’ y conducirlo a
la ambulancia, que lo trasladó rápidamente al Hospital
Comarcal.
Tras este suceso, el Consejo de Gobierno quiso felicitar
públicamente a la Policía Local por la intervención que los
agentes para evitar que el hombre se quemara a lo bonzo en
la puerta del Palacio de la Asamblea.
Imbroda justificó esta felicitación pública al subrayar el
“riesgo importante” que corrieron tanto los agentes como el
personal de Presidencia de la Ciudad Autónoma que lo han
acompañado a la calle. “Afortunadamente no ha pasado nada”,
subrayó Imbroda, que admitió el peligro que se produjo en
esa “situación delicada” porque “teníamos tres bombas
posibles”, concretamente las dos garrafas de 5 litros llenas
de gasolina que portaba el hombre, el elevador de carga, que
estaba encendido, y el vehículo que llevaba cargado.
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