He acabado la carrera hace dos años y sigo sin encontrar
trabajo. He participado en numerosos congresos y realizado
cursos de formación complementaria y, a pesar de ello, no me
sale nada. Ya no sé qué hacer porque si antes era difícil
tener un empleo ahora es peor con la crisis encima y las
empresas recortando plantillas”.
Inquietud e incertidumbre, tendencia al pesimismo, menos
perspectivas laborales y posibilidades de formación y
mayores dificultades económicas son algunas de las
sensaciones que en pleno siglo XXI se hacen comunes entre la
población joven y que se han visto acentuadas a raíz de la
crisis económica, que ha provocado que el acceso al mercado
laboral sea, cada vez, más complejo. Y no es que esta sea la
única crisis que España ha experimentado a lo largo de la
historia aunque las diferencias si son de mayor envergadura
ya que “vivimos en una sociedad digitalizada, con una
juventud más formada que ha recibido una cultura
aperturista”, comentaba Ángel Gabarrón, asesor de Programas
Europeos de la Dirección Provincial del Ministerio de
Educaciíon en Ceuta, durante su intervención en las III
Jornadas de Emancipación y Empleo.
Frente a esta situación, cada vez son más los jóvenes que
han visto una salida en programas europeos tales como
Comenius, Grundtvig, Leonardo da Vinci o Erasmus, los cuales
contribuyen a la creación de una sociedad del conocimiento
avanzada, favoreciendo un desarrollo económico sostenible y
garantizando una mayor cohesión social. “Facilitan el
intercambio, la cooperación y la movilidad entre los
sistemas de educación y formación de los países europeos que
participan”, argumentaba Gabarrón. Turquía, Islandia,
Noruega, Liechtenstein, los 27 de la Unión Europea y algunos
candidatos como Serbia, Suiza o Montenegro, son algunos de
los países que participan en dichas propuestas europeas por
las que los jóvenes ceutíes se interesan poco a poco
obteniendo asesoramiento en la Oficina de Emancipación
Juvenil.
Entre los más jovenes, estudiantes o recién titulados por
las universidades en diplomaturas o licenciaturas, los
programas más frecuentes suelen ser la beca Erasmus o la
Leonardo da Vinci. La primera consiste en un programa de
acogida en el extranjero, y cuya finalidad es la de
familiarizarse y aprender el lenguaje del país de destino,
además de seguir los estudios actuales pero en una
universidad extranjera. Por su parte, la beca Leonardo da
Vinci va dirigida a atender las necesidades de enseñanza y
aprendizaje de todas las personas implicadas en la educación
y Formación Profesional, así como a las instituciones y
organizaciones que imparten o facilitan esa formación. Con
ella se incrementa el atractivo de la Formación Profesional
y de la movilidad para las empresas y los particulares
facilitando la movilidad de trabajadores en formación;
además de apoyar el desarrollo de contenidos, servicios,
pedagogías y prácticas de aprendizaje basadas en las
Tecnologías de la Información y la Comunicación.
Por su parte, el programa Comenius tiene por objeto reforzar
la dimensión europea en el campo de la Educación Infantil,
Primaria y Secundaria, promoviendo la movilidad y la
cooperación entre centros educativos, subvencionando
descentralizadas gestionadas por la Agencia Nacional, tales
como redes multilaterales dirigidas a elaborar ofertas
educativas en la disciplina o ámbito temático
correspondiente, por propio interés o por el de la educación
en un sentido más amplio. Finalmente, el programa Grundtvig
tiene como meta mejorar la calidad y la dimensión europea de
la educación de adultos en un sentido amplio, incluyendo la
enseñanza formal, la no formal y la enseñanza informal,
incluido el autoaprendizaje. Puede ser a través de
asociaciones de aprendizaje o de movilidad individual.
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