Pese a no incluir en su repertorio estrofas que versaran
sobre la violencia de género, el artista sevillano Manuel
Lombo ofreció un completo repertorio en el que compaginó el
cante jondo con intervenciones en las que citó las tristes
cifras de víctimas que sufren malos tratos reivindicando así
mayor conciencia ciudadana contra esta lacra social. Del
flamenco más ortodoxo hasta la fusión con tonos del pop, el
cantante consiguió que los ceutíes aplaudiesen, en más de
una ocasión, las letras de sus dos trabajos discográficos y
el recuerdo a la canción española con versiones de Manuel
Pareja Obregón.
“Un minuto de silencio por todas aquellas mujeres que han
sido y son víctimas de violencia de género”. Estas fueron
las últimas palabras del manifiesto recitado por la
consejera de Educación, Cultura y Mujer, Mabel Deu, que pese
a no encontrarse en la ciudad durante los actos que
conmemoraron ayer el Día Internacional contra la Violencia
de Género, quiso plasmar a través de su voz el mensaje de
sensibilización, concienciación y movilización de toda la
sociedad para luchar hasta conseguir erradicar esta lacra
social. Mensaje que abogó por la condena unánime del pueblo
ceutí a “cualquier comportamiento violento y actitudes de
desigualdad y discriminación por razón de género”, declaró
una de las portavoces del Centro Asesor de la Mujer (CAM)
antes de dar paso al artista sevillano.
Tras la ovación del auditorio por el recuerdo de aquellas
ceutíes que fallecieron en manos de sus ex parejas, Manuel
Lombo saltó al escenario con estusiasmo, don de gentes,
virtuosidad en el cante jondo con el que mezcló el flamenco
más ortodoxo con las fusiones que protagonizan su último
disco. Y pese a no dedicar estrofas a la violencia de
género, el cantante sí reivindicó una mayor conciencia
ciudadana haciendo alusión a las tristes cifras de mujeres
que sufren malos tratos. “A lo largo del espectáculo iré
recitando frases que tienen que ver con lo que estamos
reclamando en este día; cuantas mujeres mueren al año, tipos
y formas de violencia, para que todo estuviese dentro del
espectáculo de manera artística”, explicó Lombo minutos
antes de subir al escenario. Durante casi dos horas, el
sevillano ofreció a los ceutíes versiones de sus dos
trabajos discográficos con alguna que otra sorpresa, como la
presencia de versiones de Manuel Pareja Obregón “ya que
siempre me gusta introducir la espontaneidad en mi
repertorio”, confesó.
De un flamenco ortodoxo a una vertiente fluida con el pop,
así como un recuerdo en honor a la canción española fueron
los ingredientes necesarios para despertar el reclamo y la
buena acogida que el intérprete mantuvo sobre las tablas del
Siete Colinas. Aunque Lombo quiso revelar que sería la
seguiriya la que, con su dramaturgia, “reflejaría, por su
desgarro, una letra sobre la violencia de género”.
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