En los últimos días, quizás por
ese deseo de querer aportar nuevos elementos o incentivar
aquellos que ya forman parte de nuestro Sistema Educativo,
por algún responsable de algún Ministerio o del propio
Ministro de Educación , se han lanzado unas ideas a la
manera de globos sondas, para incorporarlas al tan cacareado
Pacto Educativo, que según el propio Ministro tendrá un
plazo límite hasta final de Diciembre, al encontrar según
él, buenas predisposiciones por parte de partidos políticos,
sindicatos y profesorados.
El de la Sra. Ministra de Sanidad y Política Social, es una
estrategia de Salud Sexual y Reproductiva. Se manifiesta
así: “Nos obliga a ofrecer a los jóvenes una educación
sexual seria y eficaz para una responsabilidad pública y
social. Queremos proteger la salud de nuestros ciudadanos a
unas edades en las que están formando su comportamiento”.
“Queremos empezar entre los once o doce años y finalizar a
los 16 años, cuando termina su edad escolar obligatoria
–hasta ahora-. Eso es lo que nos aconsejan los expertos”.
“No quiero adelantar nada, porque lo último que quisiera es
introducir polémica antes de la estrategia se completa”.
Pues, no iba la Sra. Ministra mal encaminada, ya que, en
efecto, por parte de la mayoría de las Patronales o
Confederaciones de Padres Católicos -sin haberse plasmado
todavía la propuesta- la han rechazado. Por ejemplo, a la
Confederación de Padres Católicos, “le preocupa que el
Gobierno se “inmiscuya” en una labor que pertenece a los
padres. Considera que esta propuesta “es una provocación
porque interfiere en el derecho a educar de los padres,
según sus propios principios y convicciones”.
Se teme, en general, que con esta propuesta se invite a los
menores a buscar el placer en el propio cuerpo, como en el
caso de de Extremadura, con el proyecto para jóvenes: “El
placer está en tus manos”. O, lo que ocurre en la Junta de
Andalucía, donde el llamado “Observatorio por la Libertad en
la Educación”, pide que se retire el “material educativo”
sobre la masturbación. Se trata de un programa llamado
“Averroes” para los alumnos de la ESO, donde se recogen
fichas sobre la virginidad y viñetas de homosexuales,
calificadas de auténticas “cochinadas”. Dicho Observatorio
cree que se trata de material absolutamente inadecuado, que
vulnera el derecho de las familias a elegir la educación
sexual de los hijos en base a principios o valores morales
elegidos.
En nuestro país, también como “globo sonda” el Ministro de
Educación volvió a abrir la espita del debate, el sugerir la
posibilidad de aumentar de los 16 a los 18 años la edad de
escolarización obligatoria. Fuese una propuesta, un deseo o
una llamada a la reflexión, sus palabras plantean una vez
más si debemos realmente obligar a nuestros alumnos a seguir
en la escuela aunque no quieran.
Aumentar la escolarización obligatoria es una obsesión en
los países desarrollados, que buscan fórmulas para erradicar
o, al menos, mitigar el principal obstáculo: el número de
alumnos que dejan de estudiar tras la escolarización
obligatoria –muchos ni siquiera consiguen obtener el título
más básico. Comparemos: si esto le ocurre a países como
Reino Unido o Francia con 13% de abandono, mucho más a
España con el 30%.
Para algunos, una auténtica locura por inviable, ineficaz y
contraproducente. Obligar a permanecer en las aulas a
jóvenes de 16-17 años que no quisiera estar en ellas,
provocarían graves problemas en las aulas y ni siquiera
sería beneficioso para ellos.
Para otros, aunque causase “problemas menores”, también
puede ayudar a resolver problemas mayores”, como esa
alarmante cantidad de abandono escolar. El aumento hasta los
18 años ya se ha llevado a acabo en países como Alemania,
Bélgica, Holanda,…
Esta, también del Sr. Ministro, no se puede considerar como
una nueva experiencia, con categoría de “globo sonda”.
Invita a los maestros que insistan en la actividad lectora.
Bien cierto es que siempre ha sido un gran preocupación en
los centros escolares, donde desde el comienzo de la
escolarización de los alumnos, los responsables han actuado
aplicando indistintamente los métodos de mayor eficacia y
teniendo siempre presenta las dificultades de cada alumno.
El Sr. Ministro nos recuerda sus libros preferidos ente los
cuales se encuentra la obra inmortal de D. Miguel de
Cervantes, “D. Quijote de la Mancha”, libro del que no voy a
hacer más elogios de los que siempre he hecho. En una
biblioteca de aula, junto a esta obra maestra, “joya de
nuestra literatura”, se deben encontrar también obras que, a
manera de “escoltas” harían digno acompañamiento: “Platero y
yo” y “El lazarillo de Tormes”.
Hoy, lo he repetido muchas veces, el alumno, en general, se
encuentra totalmente desmotivado con la lectura. Otros
elementos de distracción han desplazado al libro. Ya, cuando
les llega la ocasión del “regalo”, no se piensa en el
denostado libro. Las “maquinitas” y sus “accesorios” les han
cerrado las puertas.
Ahora a esperar ansiosamente que llegue esa fecha
inicialmente señalada, para que ese proyectado Pacto por la
Educación pueda ver la luz, contando con el consenso de
todos, aunque, una vez más, no lo veo claro, porque todavía
está lejos de la realidad.. ¡El tiempo lo dirá!
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