He procurado siempre vestir
elegante, pero por varias actuaciones labores y
profesionales, me han dado ganas de llevar un escudo anti-disturbios,
un chaleco antibalas, o un traje del sistema operativo como
la Brigada Paracaidista, si así de sencillo, no se puede ir
de traje y corbata, de matizado, cuando te encuentras un día
unas maniobras en Cerro-Muriano. Por ese mismo motivo,
varias noches me ha apetecido salir en plan macarra, para
que tanto zapato mono, camisa bonita y elegante, y unos
pantalones, que realzan la figura y ese culo de torero.
Después dejan de entrar un ganado que no te menees, con las
chanclas, las bermudas, las camisetas horribles, y los tios
con dos salcillos, y los pelos tiesos, anda ja me maten, si
hubierais estado ustedes en los ochenta con pendiente puesto
en casa, con el recuerdo de tito Paco, salía el lobulo, o
sea la oreja, volando con el abalorio y el dedo de tu padre
rodando por la ventana.
Dicho y hecho la semana pasada, me puse un vaquero turbio,
una camiseta negra ceñida, que realza la figura como el
cruzado magico de plaitex, del post-franquismo, esa camiseta
es de tirador de elite, de los vinos que me cargo en la
feria, de tirador de la Armada, aunque me molesta las gafas
por la mira telescópica. Del nuevo fichaje en la pista, un
señor mayor, barrigón y culo gordo, el pobre hombre para
hacer un merengue, hace una circunferencia, de la pista del
Helipuerto, y claro te mete un culazo, que pierdo el ritmo
del merengue, y me choco con la columna. Menos mal que el
otro día salió un bailongo, que metió un repaso de como
mandan los canones salseros, y el pureta se tuvo que retirar
y dejar a alguien en condiciones.
Dicen los puristas, que entre cubatas y cubatas, hay que
tragar mucha agua,para hidratar el cuerpo y mitigar los
cebollones, al salir de mi club selecto, me acerqué a otro
porque sonaba el weke weke, y me agrada la canción, por su
ritmo y percusión, en esto paradojas de la noche, me
confundieron con el portero del local, la camiseta negra me
delató y los angulos de CANTUO, daba ese aire de vigilante,
invitaban a un joven con collar marrón, pelo marrón a juego
con perilla y camiseta blanca, a abandonar el local por el
estado de cebollón acentuado, o sea borracho, los amigos me
decían que claro es que se había mareado, le cambiaron el
vaso de cristal por el de plástico, y por el arte de capear
el temporal y el aguante del portero autentico, yo iba
asintiendo con la vista, como se desenvolvía la situación,
el joven en total estado de embriaguez hacía sus lentos
trompos y no podía ni hablar, al despedirse con un
amenazante, “ ya nos veremos” nos tiró el vaso del cubata a
nosotros, dió en el quicio de la puerta, y salí tranquilo
tras el, por los cojones que había hechado tras los litros
de alcohol, mi mujer me gritaba , que regresara,me decía que
como para estar de portero de noche, ahora puedo comprender
el trabajo de portero, el curso de sicologo, de paciencia,
de aguantar, que te amenacen, que te tiren un vaso de cubata
en las narices, luego ves en los telediarios y tele-basura
mi hijo no ha hecho ná, y es que noche, se ve cada cuadro,
que me digo a la vuelta, parece que va uno a la guerra, en
vez de pasar un rato agradable, para tomarse una copa, no el
bar entero como el del collar marrón.
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