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OPINIÓN - DOMINGO, 22 DE NOVIEMBRE DE 2009

 
OPINIÓN / ventana abierta

La defensa de la vida

Por María del Carmen Fernández Sánchez*


Vivimos en una sociedad en la que se da una lucha constante entre la cultura de la vida y la cultura de la muerte. La “cultura de la muerte” considera de alguna manera o justifica la muerte de los seres humanos favoreciéndola incluso con determinados comportamientos y leyes. Considera la muerte de seres humanos como un bien al que se puede recurrir en caso de necesidad. Se ve la muerte como una solución aceptable ante determinados problemas o situaciones, menospreciando ciertas formas de vida que aparentemente “no son rentables o viables”.

En contraposición encontramos la “cultura de la vida” caracterizada por la defensa de la vida como derecho fundamental e inviolable de toda persona.

Centrándonos en el tema del aborto, de tanta actualidad en estos momentos, me declaro abiertamente defensora de toda vida desde la concepción, hasta la muerte natural, por ello me veo en el deber de señalar que:

La nueva ampliación que se quiere llevar a cabo de la ley del aborto, actuando de manera unilateral y creyendo defender y reconocer los “llamados derechos de la mujer”, tales como la evitación de traumas psicológicos, o riesgos del propio embarazo, no tiene en cuenta, la parte más débil, la del feto y su derecho a la vida, permitiendo lo que ellos llaman “interrupción del embarazo” queriendo con dicha expresión, esconder la dura realidad de dicha acción: el ejercicio de un acto violento que provoca la muerte de un ser vivo e indefenso.

Nadie tiene derecho a interrumpir la vida de ningún ser. Nunca un caso de difícil solución debe solucionarse mediante la provocación de un acto tan injusto.

Que una ley permita tal acción no implica que este sea moral, es decir que sea conforme con la dignidad de la persona. El aborto siempre será una injusticia en contra del más débil, en contra del que ya es un ser vivo y que por tanto tiene derecho a ser defendido.

Los cristianos creemos que Dios ha hecho al hombre responsable de acoger y de servir a la vida. Los políticos y la sociedad en general tienen cada vez más conciencia del derecho a la justicia y del derecho de toda persona a no ser condenado a la pena de muerte ¿por qué en cambio se tiene que aplicar al no nacido, que ya es un ser vivo? ¿Con que criterios la legislación puede decir a partir de qué semana el feto tiene derecho a la vida?

Creo que se debería de ofrecer a las mujeres en los momentos difíciles de la duda y con anterioridad a tal decisión un acompañamiento personal, una reflexión sobre los valores, medios humanos de protección y ayuda, que no les ofrece ni la frialdad de la ley ni los centros dedicados al aborto.

Es necesario que se dignifique y se proteja el valor de la maternidad, de la madre y del hijo, sea cual sea su situación

* Orientadora y Mediadora Familiar
 

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