Uno de los mejores consejos que me
daba la sabia de mí abuela, era que el que tiene un amigo
tiene el mejor tesoro que le puede dar la vida. Y la verdad,
tengo que reconocerlo, me siento orgulloso de la cantidad de
amigos que tengo a los que aprecio y respeto.
Por ese aprecio y respeto que les tengo me guardo, muy mucho
de aprovecharme de alguna conversación que se diga en mi
presencia para, al día siguiente, reflejarla en esta
columna. Y que conste en acta, amigo guardia, que alguna de
esas conversaciones me daría para hacer una gran columna.
Pero eso sería una traición a la amistad, y jamás ni he
traicionado ni traicionaré a mis amigos que, además, no
tienen inconveniente en hablar delante de mi persona del
asunto que sea, en la seguridad que jamás aprovecharé esa
conversación de la que, por supuesto, tomo parte y doy mí
opinión.
También tengo que decir, cómo no, que tengo algunos
enemigos, no es que me los haya creado si no que ellos, por
las razones que sean, se han declarado enemigos míos, cosa
que me honra porque, dicen que no es uno importante, hasta
que no tiene enemigos. Mire usted por donde, sin quererlo,
soy importante. Manda…la cosa.
Uno de esos amigos, esto no es aprovecharme de ninguna
conversación de la que sea habla off de record, porque es
algo, por lo que todos los ceutíes luchamos, como es el
precio de los billetes de los barcos.
Bien este amigo dice; que a igual que a partir de Algeciras
existe una red de carreteras de esas llamadas autopista,
donde por mucha más distancia de la que existe entre los
puertos de Ceuta y Algeciras, se paga mucho menos que por un
billete de barco, siendo la única autopista que tenemos los
ceutíes, la línea entre las dos ciudades, el precio debería
ser mucho más barato.
Lleva toda la razón del mundo, en cuanto es la única
autopista que tenemos y que nos debería costar más barato el
billete del barco. Pues a pesar de todos ese razonamientos,
por demás dentro de la más pura de las lógicas, no te
caliente mucho la cabeza que no habrá rebaja alguna.
Es igual que la idea que tienen algunos, que cuantas más
líneas marítimas sen las que venga, a nuestra tierra, para
realizar la travesía, se abaratará el precio del billete.
Quienes así piensan, deben seguir creyendo que los niños
vienen de París y los trae una cigüeña en su pico. Ya lo
dijo el Guerra “hay gente pá to”.
Estoy escribiendo esto, antes que se produzca la llegada del
José Blanco a nuestra tierra, se reúna con el presidente de
a Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Vivas, y se trate del
asunto estrella de la reunión que, al parecer, es tratar de
rebajar el coste del billete. La pregunta es ¿Se llegará a
algún acuerdo en este asunto de rebajar el precio de los
billetes del barco?.
Señor ministro, con el debido respeto, no sabe usted la
alegría que le daría a los ceutíes, que de esa reunión
saliese algo positivo sobre la mencionada rebaja. Y, con
ello, el importante tanto que se anotaría usted, por el
agradecimiento de todos los ceutíes. Porque esta tierra,
española por sus cuatro costados, además de Noble, Leal y
Fidelísima, es AGRADECIDA.
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