Más de 400 asociados de la Confederación de Empresarios de
Ceuta (CECE) están llamados esta tarde-noche a votar en unas
elecciones históricas en la entidad en cuanto por primera
vez hay dos candidatos a dirigir la nave: el presidente en
funciones Rafael Montero Ávalos y el aspirante Fernando
Ramos. De esta forma, los votantes elegirán entre la
continuidad o el cambio.
Con un lema que reitera la palabra “trabajo” y un discurso
calcado que incluye todos los problemas endémicos de la
ciudad autónoma, no parece que vayan a ser las agendas y
programas de uno y otro las que desequilibren la opinión de
los votantes, sino más bien una pugna de personalidad.
Por primera vez, la CECE celebra unas elecciones, dado que
hasta ahora siempre había habido tan sólo una candidatura.
Esta noche se votará por la continuidad o el cambio en la
Confederación empresarial.
El presidente durante los últimos cuatro años, Rafael
Montero Ávalos, acude con el logro de las bonificaciones de
la Seguridad Social al 40 por ciento y la inauguración de la
nueva sede hace cosa de un año en el paseo de las Palmeras.
Por su parte, Fernando Ramos, quien hasta hace un año fue
presidente de la Asociación de Hosteleros de Ceuta, acude
con la promesa de lograr una CECE “abierta a todos los
empresarios de la ciudad”; ostracismo al asociado que, por
otro lado, Montero Ávalos niega con rotundidad.
Ambos coinciden en que harán hincapié en tres problemas
especialmente perjudiciales para la ciudad: el abusivo
precio de los billetes de las navieras, el estrangulamiento
que sufre el potencial turismo marroquí por la naturaleza de
la frontera y la implantación de una aduana comercial.
Horarios
Previa a la votación, la CECE celebrará una Asamblea
convocada a las ocho de la tarde en primera convocatoria,
media hora más tarde en segunda. Los dos candidatos podrán
hacer uso de diez minutos para una disertación final.
Sobre las ocho y media se abrirán las urnas, que se cerrarán
a media noche para comenzar el recuento.
Las personas físicas asociadas a la CECE deberán ir
provistas de su DNI para ejercer su derecho al voto,
mientras que los representantes de las sociedades deberán
llevar las escrituras. Recibirán las papeletas de cada
candidatura y tendrán una cabina para asegurar la privacidad
del voto.
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