El Goyu-Ryu venció al Sevilla, vigente campeón de Liga y de
la Caopa del Rey, en un mal partido marcado por las
decisiones arbitrales en la segunda parte. El equipo
amarillo peleó todos los balones y se fajó en el cuerpo a
cuerpo, pero a su fútbol le faltó chispa, precisión y
profundidad, mientras que el conjunto hispalense se pareció
poco al de las últimas campañas porque abusó del juego
directo y generó pocas ocasiones.
En la primera parte hubo mucho tráfico en el centro del
campo y escasas llegadas al área rival con el esférico
controlado. Sólo a balón parado el ‘Goyu’ le complicó la
vida al portero sevillista. Javi ejecutó un libre directo en
el 11’ que se marchó fuera por poco; en el 16’ una falta
lanzada por Oncina la cabeceó Pedro y Jonathan atrapó el
balón y en el 29’ de nuevo Javi hizo trabajar al meta del
Sevilla con un colocado lanzamiento desde el borde del área
que no acabó dentro de la portería visitante por los
reflejos de Jonathan. El Sevilla tardó media hora en dar
señalas de vida. Úbeda en los minutos 32 y 41 disparó con
intención, pero no logró batir a Barba. Tras el descanso, el
equipo de Manu León salió enchufado para intentar abrir el
marcador. Pedro y Jesús no acertaron con sendos remates al
no estar listos en los metros de la verdad. En el 59’ se
produjo la jugada que marcó el choque y provocó las iras del
equipo sevillista. Mohamed colgó un balón sin aparente
peligro, Jonathan lo atrapó y tras chocar con Ricky (los
porteros tienen bula en el área pequeña) dio un paso atrás.
Regén Rodríguez corrió al centro del campo al no apreciar
falta el toque del jugador gimnasta, además de considerar
que el balón había traspasado la línea de gol. Ángel
Celadero dio validez al polémico tanto y a instancias de
Regén expulsó al portero visitante por sus protestas. Con el
1-0 y un jugador menos, el Sevilla estiró las líneas y a
balón parado firmó la igualada. Fran lanzó una falta con
gran potencia, se abrió la barrera y el balón acabó en el
fondo de la portería local. Las fuerzas se habían igualado
con la roja de Cejudo y el tramo final, a falta de fútbol,
prometía emociones fuertes. A seis del final falta bombeada
al área, Mohamed cae al suelo y Celadero pita penalti.
Machío logra el 2-1 tras engañar a Julián.
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