Dice un dicho popular, que hace
más quien quiere que quien puede, y que verdad que es que
hoy dia no hay frase mejor empleada por los siglos de los
siglos, amén. Cuantas veces ha ido uno a una ventanilla, a
un mostrador, a un servicio de atención y te dices
mentalmente, anda fijate quien está sentado ahi, quien está
atendiendo aqui. Y piensas, me atenderá bien, o estará
cuadriculado a lo que dicten las normas del reglamento y
habrá opositado a su examen de ingreso y solo salió de casa
aquel dia en su vida, para hacer el examen, mamá he aprobado
y hala del trabajo a la casa y de la casa al trabajo. Sin
mirar de un lado a otro, como los burros, sin poder mirar
para los lados. En solidariad con el personal sanitario, por
cuantas agresiones y follones varios, por muchos conocidos
mios en diversos centros de atención primaria, se han
concentrado y convocado para pedir el cese de la violencia.
Luego hay excepciones, desde el mes de Enero, por cuestiones
familiares y de salud, va uno renqueante, no solo uno, sino
mi pareja y en las consultas dicen, si eso es stress, eso es
nervioso, y venga tarros y tarros de analiticas, tantos como
para alimentar a Dracula por unos cuantos siglos. En el mes
de septiembre, me dijeron que la mejor internista era
Carolina Gallego, la gaditana afincada en el nuevo sistema
sanitario ceutí, tenía su vuelta al nuevo hospital, tras una
operacion de mano y unas vacaciones, me dijeron, por
conducto urgente, a tu señora, la cura la doctora Carolina
Gallego, es la mejor, en esto, raudo y veloz con el papel
urgente, todos felices y contentos, pero la delgada línea
roja, separa su puerta de nosotros, su enfermera ayudante
dice que nones, que si acaso hasta Enero, o sea un año de
angustias y suplicios, nos vamos y en recepción nos dicen,
que es urgente, sello de caucho incluido, y media vuelta a
empezar, no había manera humana de suplica y ruegos, que
había otros cuatro internistas, y nos fuimos, no se puede
imaginar uno la cara de tonto que se le queda. Finales de
octubre, vuelta al nuevo Hospital, con sus cuatrocientos
metros que separan consultas, urgencias de la entrada, habrá
que contratar a Usain Bolt y los americanos para correr con
la camilla, cuando lleguen las urgencias, si acaso los
chaparrones de invierno, el vertigo y stress que produce ese
espacio vacío es impresionante. Nos atendió esta vez por
oftalmología el doctor Juan Ramón Guiote, y este si, ha
solicitado todas las pruebas, para diagnosticar y verificar,
los sintomas y descartes que pueda tener mi señora, TAN
DIFICIL ERA, y tan facil lo ha hecho el señor Guiote,
solicitar las pruebas que nadie antes , había pedido, luego
no todos los usuarios somos iguales, ni como personas
civilizadas, contamos nuestro caso, como bien dijo el
Director Sr. Lopera, en la radio el otro día, de detrás de
cada mala gestión, hay un paciente y en este caso mi señora
y paciente yo, por la paciencia, pero al final lo cuento.
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