La gente, en el Casinet, anda
soliviantada por muchas causas, que no cabrían en esta
ventada al ser tantas y tan dispares.
La crisis económica que estamos padeciendo, y con ella la
recesión, implica que se disparen las alarmas en todos los
estratos sociales.
Aparte de la codicia de algunos políticos metidos de lleno
en la corrupción, podemos asistir a un espectáculo que los
comercios ofrecen sin comerlo ni beberlo.
Me refiero al incremento de hurtos que se van sucediendo en
todos los comercios, sea cual fuere su superficie, que
supone una pérdida total de 2.421 millones de euros.
Según los comerciantes minoristas, se atribuye este
incremento de ladrones, de todos los sexos (he de aclarar
que no sólo hay dos sexos sino más) a la recesión económica.
Lo malo del sistema es que los hurtos quedan impunes, dado
que casi nunca superan los 400 euros, individualmente, por
lo que no tienen condición de delito penal.
No sólo hurtan gente ajena a los comercios sino que también
los empleados lo hacen. Lo bueno, o malo, del caso es que
las amas de casa que siempre compran en el mismo sitio se
creen con derecho a sustraer “algo” de vez en cuando.
El ex presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi
Pujol, tenía razón al salir a la calle con la mano metida en
el bolsillo de la cartera.
Los que salimos perdiendo, como siempre, somos los
ciudadanos. Los incrementos de precios de los comercios, por
causa de esos hurtos, repercuten en nosotros.
El comercio lo compensa así.
Tarde y mal comienzan las primeras medidas contra la
corrupción.
Tras las convulsiones corruptivas de estos meses y los
escándalos del Palau de la Música y del caso Pretoria, se
anuncian las primeras medidas para reforzar la lucha contra
la corrupción y mejorar el control de los fondos públicos.
Supongo que después de haber “hurtao” millones de euros,
dichos fondos estarán más secos que los bacalaos.
En buena hora inician el tema.
¿Se incluye la corrupción sexual?
La noticia de la denuncia formulada por una mujer contra
Pedro Gordillo me deja frío.
Hay un trasfondo más crudo y perjudicial que alguien no
quiere que salga a la luz.
La contrainformación es un arma de doble filo que siempre
pillará a los autores de la misma, tarde o temprano,
destapando la caja de Pandora.
Acuérdense Vds., estimados lectores, que en un artículo de
opinión mío y publicado en éste periódico tiempo atrás,
escribía sobre la caja de Pandora y la consiguiente
explosión mediática que conllevaría al abrirla.
Sólo se ha abierto una rendija y de manera sutil.
Ya la abrirán del todo.
Sin embargo creo que debemos insistir en que la
transparencia y el aire ventilado son más necesarios que
nunca en política.
También quisiera advertir al ciudadano contra los
oportunistas políticos que asoman sus “garras” como buitres
ante cualquier escándalo, por pequeño que sea, con
intenciones de hacer creer que son los salvadores de la
patria.
El desembarco en nuestra ciudad de un nuevo partido
político, en estos momentos, no trae nada bueno. Al tiempo.
Lo que son las cosas. El responsable del bar del Casinet
anda clamando porque uno de los clientes se ha “olvidado” de
pagar la consumición. Corrupción a la vista, o mejor dicho
hurto de bebida alcohólica servida y no pagada. Ignoro quién
será ese cliente..
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