Hay que desistir de que el presidente Vivas hable claramente
de lo sucedido con la espantada de su vicepresidente porque
ya ha dicho que el que tiene que hablar es el dimisionario.
Eso sí, cuando los vídeos de la segunda fase le apuntaron a
él corrió al lugar donde se encuentra la luz que ilumina
Ceuta, cogió el teclado y se autoescribió un guión
laudatorio que se resumía en un “Carracao es un mal
ejemplo”, para bochorno de los ceutíes inteligentes y de
bien, que son muchos afortunadamente.
No tengo duda de que el presidente Vivas será recordado, por
muchas cosas plagadas de aciertos virtudes y suerte, como la
visita del Rey, pero también porque nos enseñó a convivir
con el ruido inequívoco de una legión de hormigoneras
trabajando clandestinamente en el Príncipe y el Recinto Sur
a jornada completa y por el vídeo hipotético sin subvención
inicial que bien podría titularse “Aquí mando yo”, y ser
coproducido entre Ceuta y Sicilia con el apoyo en técnicas
de espionaje del inspector Gadget.
Pero lo que siento de verdad es que mi amigo Truman Capote
no haya podido escribir esta historia en Ceuta y haya
ocupado su lugar otro especialista en redacción testicular
venido de la Capital del Reino para dejarnos publicado en
una página de su medio que Gordillo sobaba a la visitante y
que además le decía al oído que le ponía cachondo. Eso sí,
el plumilla no acierta ni con la fecha inicial del conflicto
(no fue el 3 de noviembre como dice) ni tampoco acierta al
decir que hubo un periodista de por medio. Doblemente falso.
Pero el escribiente sustituto de mi querido Truman Capote sí
se atreve a escribir que un guardia civil le dijo a la
sobada que era una tonta porque Gordillo hacía eso con
muchas chicas. Seamos serios y dejemos descansar a Vivas de
sus fantasmas circundantes. Yo sólo me pregunto en todo este
culebrón siciliano-sexual si Gordillo es el hipotético.
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