Ni la tripulación ha sido repatriada ni el buque ha recibido
el suministro y las reparaciones necesarias para emprender
la travesía de regreso a casa. El capitán marítimo de Ceuta,
Jesús Fernández Lera, declaró ayer a este periódico que la
situación del quimiquero es “cada vez más complicada” y que
el problema se va agravando conforme pasa el tiempo y no se
logra una solución. La tripulación está agotada y dice que
sólo se comunica con la familia a través de correo
electrónico.
Ni la tripulación ha sido repatriada ni el buque ha recibido
el suministro y las reparaciones necesarias para emprender
la travesía de regreso a casa. El capitán marítimo de Ceuta,
Jesús Fernández Lera, declaró ayer a este periódico que la
situación del quimiquero es “cada vez más complicada” y que
el problema se va agravando conforme pasa el tiempo y no se
logra una solución. La tripulación está agotada y dice que
sólo se comunica con la familia a través de correo
electrónico.
A la espera de que alguna de las instancias competentes
mueva ficha para la repatriación de la tripulación o el
regreso del buque quimiquero a tierras turcas, las situación
en el ‘Rhone’ se vuelve cada vez más insostenible.
El capitán marítimo de Ceuta, Jesús Fernández Lera, se
mostró ayer bastante pesimista sobre la posibilidad de
encontrar una solución a corto plazo para el buque atracado
desde hace mes y medio en el puerto de la ciudad.
“La situación del barco y su tripulación es cada vez más
complicada. El problema se está agravando porque pasa el
tiempo y no se encuentra ninguna solución”, declaró a EL
PUEBLO Fernández Lera.
En principio, la solución a este problema que parece
enquistado tendría fácil solución. El buque sólo necesita
algunas reparaciones y suministro de gasoil para emprender
su periplo de regreso a casa.
Sin embargo, tal y como continuó apuntando el capitán
marítimo, “ni la embajada de su país, ni el propietario ni
el armador” del barco parecen querer involucrarse plenamente
en la resolución del problema del barco que perdió el rumbo
en aguas de nadie, hasta llegar a Ceuta.
Fernández Lera prosiguió explicando que las únicas entidades
que se han movilizado diligentemente para atender las
necesidades de la tripulación son UGT, la Cruz Roja y la
Cruz Blanca.
Esta última ha proporcionado kits de comida cada quince días
y la Cruz Roja se ha encargado de aportar material
higiénico-sanitario y de prestar asistencia médica a una
tripulación agotada y enferma tras tantas semanas de espera.
Sin embargo, tal y como resaltó el capitán marítimo de
Ceuta, ninguna de estas organizaciones pueden aportar lo
fundamental para que el quimiquero y su agotada tripulación
puedan iniciar su singladura de regreso a casa: el
suministro de gasoil y las pequeñas reparaciones requeridas
para emprender la travesía hasta Turquía.
Los catorce tripulantes que habitan en el buque se
encontraban ayer abatidos por el desánimo. “Nos sentimos muy
mal, porque no sabemos nada de las negociaciones, si es que
existen, y sólo nos comunicamos con nuestra familia a través
de correo electrónico desde la embajada”, declaró a este
periódico el capitán del buque, Ahmed Topus.
El portavoz de los tripulantes recordó que el barco lleva
atracado en el puerto de Ceuta desde el 28 de septiembre, a
lo que habría que sumar el tiempo que pasaron navegando sin
rumbo fijo en altamar.
Un periodo demasiado largo y demasiado fatigoso que ha hecho
caer enfermos a varios miembros de la tripulación, que
sobreviven gracias a las medicinas de Cruz Roja.
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