El necesario corte de las estratégicas y céntricas calles de
Millán Astray y Antioco con Solís ha provocado un esperado
colapso de vehículos en las horas punta de los accesos y
salidas a los colegios ubicados en la zona.
Llevar a los pequeños bien al colegio San Agustín, o la
Inmaculada se convertía en una odisea importente si mediaba
vehículo en este diario traslado. La Marina, por tanto,
contó con un elevado nivel de ocupación de automóviles y,
llegado el momento, pese a la nueva distribución del sentido
de la marcha en algunas de las calles internas del centro
como Delgado Serrano, no lograba absorber los momentos de
mayor crudeza de tráfico. Fundamentalmente porque el atasco
se producía en las cercanías de la Plaza de los Reyes.
Las obras, que lleva la empresa por encargo de la Ciudad
Autónoma se iniciaron en la jornada de ayer lunes y ya se ha
comunicado que los cortes de estas principales vías de
comunicación por el interior del centro de la ciudad,
permanecerán hasta que finalicen los trabajos, algo que
podría suponer toda la semana de espera.
Los automovilistas y padres consultados en plena
efervescencia, en mitad de las retenciones, soportan con
estoicismo las complicaciones que supone el acceso a los
colegios para trasladar a los hijos. “Es lo que hay...
paciencia”, decía un conductor. “Esperemos que en los
colegios entiendan que estas dificultades pueden retrasar la
entrada de los niños al colegio”, comentaba otro mientras
tocaba el claxon pidiendo más fluidez.
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